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Las acequias del Júcar vuelven a transportar una gran capa de contaminación a su paso por Sueca

Las principales acequias del término municipal de Sueca vuelven a transportar grandes láminas de una viscosa y maloliente capa de residuos contaminantes en suspensión procedentes del río Júcar. Ahora se cumple casi un año desde que este fenómeno se produjera coincidiendo con el primer aumento notable de la temperatura. El Júcar apenas transporta agua en estas fechas a su paso por la Ribera Baixa y la mayoría de sus aportaciones proceden de manantiales naturales (ullals, como se les denomina en la comarca), existentes en su mayoría en Albalat de la Ribera, y de los abocamientos industriales y urbanos sin depurar de las principales poblaciones que baña directamente el río.

"El Júcar se encontraba en la Unidad de Cuidados Intensivos", señala el alcalde de Polinyà de Xúquer, José Daniel Martí, "y ahora me da la sensación que ya está clínicamente muerto". La Confederación Hidrogáfica del Júcar (CHJ) instaló a principios del pasado verano una red para atrapar y contener residuos. "Hace su papel, pero a la vista de los hechos parece insuficiente", afirma el alcalde Martí, en cuya población se ubicó esta solución temporal. Y añade: "El problema persistirá mientras no se le asigne un caudal ecológico y no se ponga en marcha la depuradora de Alzira-Carcaixent, se construyan los colectores necesarios para detener los vertidos directos al cauce y se neutralicen todos los vertidos industriales y urbanos incontrolados".

Manuel Anaya, alcalde de Riola, población en la que el cauce pasa junto a una de sus calles, recuerda que "hace días que el Júcar desprende ese olor pestilente por la escasa o nula corriente de agua". Y apunta la posibilidad de que esa mezcla de "chapapote" (como se le ha denominado en la comarca) "salga del fondo coincidiendo con el aumento de temperatura del agua".

José Pascual Fortea, presidente de la Comunidad de Regantes de Sueca, coincide, de la misma manera que Martí, con la posibilidad apuntada por Anaya y advierte "del desastre ecológico que supondría que esa agua llegara directamente a L'Albufera". Los arrozales de Sueca, que actúan a manera de depuradora por decantación de las aguas que del Júcar van a parar al lago, comenzarán a inundarse para la próxima campaña agrícola dentro de un mes, momento previsto para que la CHJ suelte una pequeña cantidad de agua para esta finalidad.

El alcalde de Sueca, Salvador Gil, junto a otros de la Ribera Baixa, facilitó el miércoles a Juan José Moragues, presidente de la CHJ, amplios informes fotográficos de los problemas que está generando el río en los últimos meses.

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