Los futuros arquitectos diseñan El Grau tras la Copa del América

El escenario es Valencia. El año, 2008. La propuesta: fundar una nueva centralidad en El Grau que rompa la tendencia radiocéntrica de la ciudad y recupere globalmente la fachada marítima, unos barrios marginados cuyo crecimiento, más allá de la Copa del América, consideran imparable. El objetivo: proporcionar material para la reflexión. Los autores: 60 estudiantes de último curso de Arquitectura dirigidos por el profesor Alberto Peñín.

Valencia ha mantenido históricamente una relación problemática con sus poblados marítimos, afirma Francisco Taberner, presidente del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia, en la presentación del catálogo de Valencia 2008. Una copa de oportunidades. Una modesta exposición alojada en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Universidad Politécnica de Valencia, que esboza, sin embargo, una estrategia global para la Valencia litoral frente a "la inoperancia endémica, las soluciones apresuradas y las ocurrencias episódicas y superficiales".

La idea fuerza de esa estrategia consiste en abordar el futuro de la Valencia marítima "de dentro a fuera" y no solamente al revés, como se ha intentado hasta ahora con las reformas de las avenidas del Puerto y de Blasco Ibáñez. Consolidar una nueva centralidad en el Grau; respetar la trama urbana de los poblados marítimos, y conectarlos, de forma transversal, por medio de vías peatonales y espacios verdes; habilitar la avenida de Serrería como gran vía de comunicación alternativa a los proyectos de acceso al puerto; y enlazar, finalmente, el nuevo Grau con el centro histórico a través de un eje urbano, dominado por el transporte público, que corra en línea recta desde la Estación del Norte hasta una nueva estación marítima que se ubicaría a las puertas de la dársena.

La Copa del América ofrece a Valencia una oportunidad parecida a la que los Juegos Olímpicos o el Fórum proporcionaron a Barcelona, señala Peñín. Una oportunidad para repensarse y "hacer" ciudad. El crecimiento poblacional de la Valencia litoral, opina el profesor, es "imparable" y se prolongará más allá de 2007, cuando acabe la última regata. Para evitar que las intervenciones dejen tras de sí un conjunto de "piezas sueltas alejadas del centro", el profesor y 60 estudiantes de último curso proponen fundar una nueva estructura: El centro Grau. Un área de usos residenciales y de servicios con oficinas, hoteles, restaurantes; viviendas; cines; dotaciones públicas; zonas verdes; plazas y una gran estación intermodal a la que llegara el metro o el tranvía, los autobuses y los medios de transportes marítimos.

Los futuros arquitectos han elaborado desarrollos concretos a la estrategia general. Por ejemplo: la antigua desembocadura del Turia recupera su espacio junto a la dársena y se transforma en un gran parque con elementos fluviales. El nuevo eje urbano parte de la Estació del Nord en una vía recta y panorámica (con calzadas, carril bici, tranvía), recorriendo episodios urbanos: el centro histórico, el ensanche, el Palau de la Música, la Ciudad de las Ciencias, los nuevos barrios y la dársena.