La red había comprado dos valiosos palacetes en el centro de Madrid

La red de corrupción supuestamente dirigida por Juan Antonio Roca, asesor de urbanismo de Marbella, había adquirido al menos dos valiosos palacetes en el centro de Madrid: el del conde de Villagonzalo, en la plaza de Santa Bárbara, y el del marqués de la Hinojosa, en la calle de José Ortega y Gasset, en el elitista barrio de Salamanca, según fuentes de la investigación. Además de estas dos enormes mansiones, la policía investiga la relación de la organización con la compraventa del palacio del conde de Tepa, en la calle de Atocha, a tiro de piedra de la plaza de Santa Ana, en pleno corazón de la capital.

El palacio del conde de Villagonzalo, obra del arquitecto Juan de Madrazo y Kunt, fue construido entre 1862 y 1866. Ocupa una amplia manzana triangular delimitada por la plaza de Santa Bárbara y las calles de Hortaleza, San Mateo y Mejía Lequerica. Hace aproximadamente dos años, la comisión mixta de urbanismo, de la que forman parte la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital, dio luz verde "por unanimidad" a un proyecto de reforma que venía siendo tramitado desde tiempo atrás. El proyecto prevé transformar el caserón en un hotel de lujo, según fuentes municipales. La tramitación de la licencia de reforma del palacete fue compleja, entre otras cosas por ser un edificio histórico que goza de protección urbanística.

La misma empresa que tramitó la solicitud de licencia municipal para el caserón del conde de Villagonzalo hizo lo mismo respecto al palacio del conde de Tepa, construido en 1808, según fuentes municipales. La rehabilitación de este gran inmueble, que está deteriorado, precisa de un planeamiento especial que se ha visto complicado al descubrirse unas bóvedas de alto valor artístico, que deben ser conservadas. Antes de que el Ayuntamiento haya resuelto el expediente, parece que el palacete ha sido ya transferido a otra empresa.

El palacio del marqués de la Hinojosa, también supuestamente adquirido por la red marbellí, es obra del arquitecto Joaquín Saldaña López, y fue construido entre 1903 y 1906. Es un magnífico edificio enclavado en la llamada milla de oro del distinguido distrito de Salamanca.

Ninguna de las fuentes consultadas se atreve a cuantificar el valor de estos palacetes. "Sin duda, muchísimo. Un dineral teniendo en cuenta dónde están y las dimensiones que tienen", se limita a afirmar un experto del Ayuntamiento.