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Reportaje:

Un cocinero en la Documenta

Ferran Adrià expondrá su trabajo creativo en la gran exposición alemana del arte de vanguardia

Ferran Adrià anda muy ilusionado con la invitación que ha recibido para participar en la próxima edición de la Documenta de Kassel, una de las ferias más innovadoras del mundo del arte. El certamen no se inaugurará hasta junio del 2007 y quedan, por tanto, muchas cosas por concretar, pero el nombre de Ferran Adrià ya figura en el programa en un lugar destacado. "Cuando miras atrás, te da vértigo", comenta. "Te pasan cosas increíbles, como salir en la portada de grandes diarios, y piensas, bueno, ahora ya está, no me puede pasar nada más. Y no, no está. Estamos muy contentos, claro. A un profesional siempre le gusta que valoren su trabajo y está muy bien que la Documenta se fije en nosotros. Ahora bien, esta invitación es un salto a otra cosa, aunque todavía no sé a qué. Habrá que esperar para ver qué pasa".

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Todo empezó el pasado enero, cuando Manuel Borja-Villel, director del Macba, llamó a Adrià para decirle que el director de la Documenta, Roger Buergel, estaba en Barcelona y quería conocerle. Fueron a comer los tres y hubo buena sintonía, ya que a Buergel le interesa mucho la gastronomía, aunque nunca ha comido en El Bulli. El pasado febrero, Adrià recibió por e-mail una invitación formal a la Documenta como artista. "Sinceramente, cuando recibí la propuesta no sabía muy bien qué significaba, pero me tiré a la piscina y dije que sí", comenta. "¿Por qué? Pues porque pensé que podía ser divertido y que podía aprender. Después he hablado con gente del mundo del arte y me dicen que es algo muy importante. De todos modos, aún faltan 15 meses y tengo pendiente una conversación con Buergel para concretar en qué consistirá mi participación. Aún no sé si tendré un espacio de 1.000 metros o de 50. Ya veremos. Lo importante es que estamos muy ilusionados, aunque tiene que quedar claro que yo no quiero ser ni pintor, ni escultor. Soy un cocinero".

La primera vez que Adrià oyó hablar de la Documenta fue en 2002, cuando la cadena Arte realizó un documental sobre El Bulli. "Entonces vino al restaurante un antiguo director de la Documenta de Kassel para participar en un debate sobre si la comida es arte", recuerda. "Hasta entonces no sabía nada de este certamen. Supongo, de todos modos, que lo que haremos allí será una exposición sobre nuestro trabajo en El Bulli. Mostraremos a la gente que la cocina puede ser una gran manifestación creativa. Si es arte o no, a mí me da igual. Ya lo dirán los otros. Confieso que el límite del arte se me escapa. Mostraremos lo compleja que es la comida si la tomas como algo creativo".

Aunque Adrià siempre ha insistido en que para él la cocina no es arte, El Bulli ya organizó una exposición de diseño en el Centro Pompidou de París en 2004 y se habló también de una participación, luego truncada, en la Bienal de Valencia. "No es el creador el que decide qué es arte, si no quien lo recibe", considera. "Hay gente, por ejemplo, que cree que un vaso de agua es arte. Lo importante es que la Documenta no es ningún concurso y que no tenemos que demostrar nada. Vamos allí a disfrutar y espero que la gente del arte de España nos ayude. Cuento, entre otros, con Marta Arzak, la hija de Juan Mari Arzak, que trabaja en el Guggenheim de Bilbao y entiende también de cocina. Ahora bien, no sé cómo se valorará nuestra participación. El éxito de un artista es claro: si sube su cotización y si vende más obra. En mi caso, no. Además, en El Bulli no caben más, y esto distorsiona cualquier valoración".

En alguna ocasión, Adrià ha relacionado la cocina de vanguardia actual con el cubismo, pero él insiste en aclararlo. "Dije, para que la gente lo entendiera, que la nouvelle cuisine fue como el impresionismo y la cocina de vanguardia es como el cubismo", distingue. "Era una imagen, pero no pretendía comparar mi cocina con el cubismo. Acudí al símil del arte porque el mundo de la pintura le lleva un siglo de adelanto al lenguaje de la cocina. De todos modos, en cocina se avanza muy deprisa: en los últimos 30 años ha habido más movimientos en la cocina que en toda la historia anterior. Nunca había habido tantos cocineros que hicieran tantas cosas diferentes".

Adrià insiste en que para él cocina y arte son mundos diferentes, entre otras cosas porque la cocina es efímera y en ella participan todos los sentidos. "Uno puede pasarse tres días sin ver un cuadro, pero no puede estar sin comer". señala. "Además, la prioridad de la cocina de un restaurante es que sea negocio, aunque en este sentido (ríe), en El Bulli nos aproximamos al arte, ya que no buscamos ganar dinero, sino experimentar una nueva cocina".

Para terminar, Ferran Adrià lanza algunas opiniones sobre arte: "Lo que más me interesa es la escultura", señala. "En pintura admiro de Picasso la capacidad de reinventarse, que es el sueño de cualquier creador. De todos modos, si tuviera que llevarme un cuadro a casa, sería un Miró, aunque también me interesa mucho Miquel Barceló. Mi opinión, sin embargo, se reduce a me gusta o no me gusta. Nunca he querido saber de arte, porque entiendo que la cocina es muy difícil y creo que todavía entiendo poco. Sólo para saber de tomates haría falta una vida".

Ferran Adrià llevará el arte de la cocina a la Documenta de Kassel
Ferran Adrià llevará el arte de la cocina a la Documenta de KasselCARLES RIBAS

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