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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Tercera vía a Teherán

La presión internacional se intensifica sobre Teherán para que renuncie a toda posibilidad, si acaso existe, de hacerse con el arma nuclear. Pero por detrás de este objetivo compartido por casi todos, lo cierto es que la distancia que separa hoy a Washington y Moscú es demasiado grande como para que Irán se tome en serio la advertencia. Así ha quedado reflejado en la reunión que mantuvieron en Berlín los cinco miembros con derecho de veto en el Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China), más Alemania y Solana como alto representante de la UE.

Es necesario que las grandes potencias se pongan de acuerdo en la adecuada combinación de palo y zanahoria, porque en caso contrario sus decisiones no serán creíbles. Cuatro semanas ha tardado en negociarse esa declaración que insta a Irán a adoptar medidas para demostrar la naturaleza pacífica de su programa nuclear, y que pide un informe al respecto al director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Mohamed el Baradei. La negociación de una auténtica resolución por el capítulo 7 (amenazas a la paz) de la Carta de Naciones Unidas podría alargarse mucho más.

Estados Unidos insiste en conminar a Irán a renunciar a todo enriquecimiento de uranio que pueda ser utilizado con fines nucleares, y quiere que, en caso de incumplimiento por Teherán, se adopten de modo automático sanciones en su contra. Rusia y también Pekín rechazan de plano los automatismos. Entre las dos posturas es necesario construir en las próximas semanas una posición que induzca a Irán a volver a la suspensión total del enriquecimiento de uranio, a cambio de que la comunidad internacional acepte plenamente su derecho a un programa nuclear pacífico.

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Cuanto más amplio sea el apoyo a una posición de firmeza constructiva frente a Irán, más posibilidades habrá de que Teherán entienda que no está en su interés jugar con este fuego ni quedarse aislado. Pero los iraníes ven que, a la vez que mantiene esta postura en lo nuclear, Estados Unidos les ha ofrecido negociar sobre la situación en Irak. No se sabe si hay una estrategia frente Irán en todo esto, ni por parte de Estados Unidos ni, claro está, tampoco por parte de los que se reunieron en Berlín para intentar, desde la firmeza, una solución diplomática.

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