Desde Utrera, con amor

Desde Utrera vino Tomás de Perrate, hijo del gran Perrate de Utrera pero nada más, pues en el cante dista mucho de las excelencias del padre. Este Tomás, de cuarenta y tantos años, calculo, no acabó de encontrar el tono en casi todo lo que hizo. Quizá en los tangos de Málaga -homenaje a Diego del Gastor y al Perrate- y en las bulerías finales estuvo bastante acertado, pero nada más.

Es que el cante de Utrera, que parece más o menos fácil, tiene su aquel. La forma de cantarlo de Tomás de Perrate es un tanto monocorde, no tiene la rica variedad de matices que le es característica. Y luego está el afán de la bulería cupletera, que lo domina todo. También la querencia por las canciones, aunque una bien pagá no demasiado acertada. No obstante, fue un recital agradable de oír, pues el aire de familia algo deja siempre, y el arte de los Perrate fue demasiado grande para ahora echarlo a perder de cualquier manera. Esta casta de gitanos permanecerá por largo tiempo en el recuerdo de los buenos aficionados.