El arquitecto encargado de la Sagrada Familia reitera su inquietud por las obras del AVE

"No es necesario ser ingeniero para darse cuenta de los problemas que podría causar la proximidad del trazado del AVE. No nos toca a nosotros decidir, pero podemos manifestar nuestra preocupación y disconformidad". Así de contundente se mostró ayer Jordi Bonet, arquitecto responsable de la Sagrada Familia, durante un encuentro con los medios de comunicación para dar a conocer el estado de las obras. El Consorcio Alta Velocidad (CAV), integrado por el Ayuntamiento, la Generalitat y el Ministerio de Fomento, ha decidido que el trazado pase por debajo de la calle de Mallorca, a partir de la Diagonal, pasando por delante de la Fachada de la Gloria, la entrada principal del templo, a 20 metros de profundidad. "De esta forma, el AVE estará separado de los cimientos de la Sagrada Familia tan sólo por cuatro metros y una pared. Esta pared y el túnel, a diferencia de nuestros cimientos, llegan al nivel freático y en esto reside el problema, ya que el hormigón no es fiable en los lugares donde puede haber filtraciones de agua", explicó Bonet, quien dirige las obras desde 1984. "Estamos haciendo cosas que no se han hecho nunca. Esta obra es diferente de todas y está hecha en piedra para durar más de mil años, pero ¿qué garantías puede dar el hormigón debajo del nivel del mar? ¿100 años? Esto sin contar los problemas inmediatos que supondría la perforación y el retraso que nos causarían unas obras de esta envergadura", añadió Bonet, quien mencionó el socavón del Carmel un par de veces.

Por lo demás, las obras de la Fachada de la Gloria avanzan muy rápidamente. En junio, se colocará en frente un dibujo gigante con la imagen de cómo será una vez terminada. Además, se eliminarán buena parte de los andamios y por primera vez se podrá ver el espacio interior a lo largo de 100 metros.