_
_
_
_

La huelga de Francia decide hoy el futuro político de Villepin

Sarkozy se desmarca del Gobierno y reclama un profundo cambio de la legislación laboral

Francia se preparaba ayer para una jornada de protesta masiva contra el CPE, el polémico contrato que precariza el trabajo de los jóvenes, que con toda seguridad paralizará hoy el país y sacará a la calle a cientos de miles de personas, pese a la inquietud que despierta la espiral de violencia que ha acompañado las manifestaciones de estos últimos días. La suerte del primer ministro Dominique de Villepin está en el alero.

Su gran rival en la derecha, el ministro del Interior Nicolas Sarkozy, se desmarcó ayer de forma definitiva del proyecto político del Gobierno.

Más información
Más de un millón de jóvenes vuelven a exigir la retirada de la reforma laboral en Francia

Mientras los sindicatos y las organizaciones estudiantiles velaban sus armas y los medios de comunicación desgranaban el estadillo de los servicios públicos que hoy no funcionarán, empezando por los transportes, Sarkozy pronunciaba en Douai, en el norte del país, su primer discurso en tanto que candidato a la presidencia, un auténtico programa electoral que, entre muchos de sus temas favoritos, como la delincuencia o la inmigración, introducía el asunto más candente de todos: una auténtica reforma del modelo laboral francés, más allá del pequeño apaño del CPE.

Sarkozy propugna abiertamente "la ruptura" con el pasado para que Francia no pierda el tren del futuro, ensimismada, y por ello no se conforma con añadir nuevos artefactos legales a un código de trabajo extremadamente rígido.

Así, mientras en la calle los estudiantes protestan porque el CPE permite a las empresas despedir a los jóvenes durante los primeros 24 meses, Sarkozy propone "un contrato único de trabajo de duración indeterminada cuyas garantías se reforzarían con el tiempo".

Un 63%, en contra

Un pronunciamiento tan radical sólo se explica si Sarkozy da ya por políticamente muerto a Villepin. Un sondeo publicado ayer por Le Monde señalaba que el 63% de los franceses desaprueba la decisión del primer ministro de mantener el CPE, pero el mismo sondeo indica que el 74% de los votantes de la UMP, el partido gubernamental que preside Sarkozy, aprueba el mantenimiento del polémico contrato.

Los sindicatos, por su parte, están seguros de ganarle el pulso al Gobierno. Bernard Thibault, el líder de la CGT, vaticinó ayer "un giro decisivo", y Jean-Claude Mailly, de Force Ouvriere (FO), considera que lo que se inició como un "conflicto clásico" se ha convertido ya en una "crisis profunda". La alianza con los estudiantes aguantará hasta que esta noche se despeje el humo, pero parece cada vez más probable que la alianza se rompa a continuación. Las nuevas coordinadoras de asambleas estudiantiles, con discursos muy radicalizados, parecen capaces de desbordar a las organizaciones más estructuradas.

En cualquier caso, el primer reto que hoy se plantea el frente anti-CPE es superar las cifras de la convocatoria del pasado sábado: entre 530.000 y un millón y medio de manifestantes. En total hay convocadas 135 manifestaciones. La principal partirá a las 14.00 de la plaza de Italia, en París. La policía se prepara para lo peor y ayer anunció que se establecerán filtros para impedir la entrada en la capital de las bandas de casseurs (reventadores).

Hay preavisos de huelga en el transporte urbano en al menos 80 ciudades. El tráfico aéreo se verá gravemente afectado. La huelga de los ferrocarriles (SNCF) comenzó ayer a las ocho de la tarde y durará hasta el miércoles por la mañana. En la capital habrá uno de cada dos metros. La función pública quedará probablemente paralizada. Los diarios nacionales no saldrán y habrá paros en los medios de comunicación públicos.

El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, durante un mitin ayer en Douai.
El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, durante un mitin ayer en Douai.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_