Ucrania va a las urnas en un clima de fuerte división política
Los comicios del domingo ponen a prueba la 'revolución naranja'
El presidente de Ucrania, Víctor Yúshenko, se dirigió ayer a sus conciudadanos por televisión y les garantizó que las legislativas de mañana serán libres, honestas y democráticas. Los comicios, los primeros en su género desde la llamada revolución naranja, se celebran en un clima muy distinto al de entonces. La clase política está muy dividida, la corrupción continúa y el país tiene serios problemas económicos.
Las elecciones vuelven a plantear la opción entre dos modelos de desarrollo, uno más orientado hacia la integración con Occidente (la UE y la OTAN) y otro, hacia Rusia. Este dilema, con sus matices, se ha repetido cada vez que los votantes (ahora, cerca de 37 millones) han sido convocados a las urnas desde la independencia en 1991. En esta ocasión, se añade el duelo personal entre el presidente Víctor Yúshenko y su ex primera ministra, Yulia Timoshenko.
En otoño de 2004, en el Maidán (plaza) de la Independencia de Kiev, el solemne Yúshenko y la apasionada Timoshenko movilizaron juntos a centenares de miles de personas en contra del fraude electoral. Hoy, las fuerzas políticas que cada uno de ellos lideran (Nuestra Ucrania, por parte de Yúshenko, y el bloque de Yulia Timoshenko) compiten entre sí por la herencia de la revolución naranja y luchan, por separado, contra el que fuera enemigo común, el ex jefe de Gobierno, Víctor Yanukóvich, dirigente del partido Regiones, arraigado en las zonas industriales del este del país.
Timoshenko ha empleado toda su energía para situar a su bloque por encima del de Yúshenko, y aspira a reconquistar el puesto de primer ministro. Los sondeos indican que Regiones aventaja a los seguidores de Yúshenko y Timoshenko y también que el vencedor, sea quien sea, se verá obligado a negociar una coalición para formar gobierno. Una de las últimas encuestas, hecha por el Instituto Internacional de Sociología de Kiev, da un 30% a Regiones, un 19% a Timoshenko y un 18,5% a Nuestra Ucrania. Les siguen los socialistas de Olexandr Moroz, con un 5,3%, los comunistas con un 3,7% y el bloque del jefe del Parlamento, Vladimir Litvin, con un 3%.
Posibles alianzas
Entre las posibles alianzas se cuentan una coalición naranja-azul (Yúshenko y Yanukóvich) y una coalición naranja-naranja (Yúshenko-Timoshenko). La coalición entre Timoshenko, que ha elegido el color blanco y un corazón rojo para su campaña, y Yanukóvich parece menos probable, porque la ex primera ministra se ha empleado a fondo contra los viejos clanes, que medraron en época del presidente Leonid Kuchma, y contra algunos miembros del equipo de Yúshenko. En septiembre de 2005, Yúshenko cesó a Timoshenko y a Poroshenko, y mostró así su voluntad de ser ecuánime. Ahora, Poroshenko figura en las listas de Nuestra Ucrania, en contra de los deseos de Yúshenko, que, como presidente, no ha participado en la campaña de su partido, un abigarrado conglomerado de nacionalistas, liberales y empresarios. En las listas de Nuestra Ucrania figura también Piotr Yúshenko, hermano del presidente y objeto de una investigación parlamentaria por su presunta implicación en una transacción internacional de venta de gas.
El nuevo Parlamento (Rada Suprema) tendrá 450 diputados, como el anterior, pero por primera vez la Cámara será elegida por sistema proporcional de listas de partidos y por cinco años. Se presentan nada menos que 45 grupos diferentes, de los cuales tendrán derecho a escaño los que superen el 3%. La fuerza vencedora en los comicios será la encargada de formar gobierno y el nuevo gabinete tendrá más poderes que el actual.
Acercamiento a EE UU
Víctor Yanukóvich, el candidato presidencial considerado el principal responsable político de la falsificación electoral en otoño de 2004, ha querido cambiar de imagen y gustar también a los norteamericanos. Con el apoyo financiero del magnate Renat Ajmétov, el ex primer ministro ucranio ha recurrido a la consultoría Davis Manafort JNC, con sede en el Estado de Virginia, señalan medios próximos a Yanukóvich. La consultoría da consejos dirigidos al electorado ucranio y ayuda también a congraciarse con los congresistas en Washington. Seguidores de la política de EE UU en relación a Kiev constatan que los diplomáticos estadounidenses son más respetuosos con los líderes de la Ucrania oriental y han dejado de tratarles como la quinta columna de Moscú.
El grupo Regiones está en contra del ingreso de Ucrania en la OTAN y por ver está cómo reaccionará cuando se lance a fondo la campaña informativa sobre la Alianza que Yúshenko prepara para después de las elecciones, con objeto de comenzar el proceso de integración en 2008. En vísperas de los comicios, EE UU ha liberado a Ucrania de los efectos penalizadores de una enmienda legislativa contra la URSS, que databa de la guerra fría. Esta enmienda no ha sido suprimida en el caso de Rusia.
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