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17 millones de italianos siguieron el pulso entre Prodi y Berlusconi

El éxito de audiencia, equivalente a la de los grandes partidos de fútbol, sorprendió a todos

Enric González

Los italianos saben lo que se juegan en las elecciones del 9 y el 10 de abril. Lo demuestra la audiencia que obtuvo el debate televisivo entre Silvio Berlusconi y Romano Prodi: 17 millones de personas, casi el 53% de los espectadores, asistieron al tenso intercambio entre los dos candidatos. Prodi consiguió, según la mayoría de los sondeos, reflejar una imagen más positiva que su rival. No hubo estocadas mortales en el debate, y eso también favoreció al aspirante del centro-izquierda, que cuenta con una ligera ventaja de cuatro puntos en las encuestas de intención de voto.

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La rigidez de las normas pactadas para el cara a cara (respuestas estrictamente minutadas, sin interrupciones ni movimientos de cámara) resultó claramente perjudicial para el presidente del Gobierno, necesitado de arañar puntos frente a su adversario. Silvio Berlusconi había memorizado cientos de cifras y trató de acorralar a Prodi con datos concretos sobre los logros de su Gobierno y la vaguedad de las propuestas del centroizquierda.

En algunos momentos, sin embargo, se perdió en un fárrago de detalles. "Con esas reglas era imposible", dijo Il Cavaliere al abandonar los estudios de televisión. "He tenido que hacer una síntesis excesiva, por los límites de tiempo, y no me ha sido posible hablar del futuro todo lo que habría querido", comentó a un grupo de periodistas a las puertas de su residencia romana.

La Casa de la Libertad, la coalición berlusconiana, dio por claro vencedor a su líder frente a la "vaguedad" de un Prodi al que Berlusconi acusó de ser "una simple fachada, una cobertura de los comunistas". Il Professore, como se conoce al ex presidente de la UE y actual candidato de La Unión-El Olivo a la presidencia del Gobierno, quiso transmitir serenidad y moderación (para no alarmar a los electores de centro) y un mensaje de optimismo. Su conclusión, con una referencia al derecho de los italianos a disfrutar de "un poco de felicidad", causó impacto.

Berlusconi, en cambio, concluyó con un tono frustrado y con un "lo siento" por no haberse explicado todo lo bien que deseaba. Prodi se agarró a esa confesión final de Il Cavaliere para proclamarse vencedor. "Creo que no hay dudas sobre el resultado del debate porque al final él mismo ha admitido la derrota de forma pública y ya no puede remediarlo", declaró ayer Il Professore.

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Lo que nadie esperaba eran las altísimas cifras de audiencia, propias de un gran partido de la selección italiana de fútbol. Clemente Mimum, moderador del debate y jefe de los servicios informativos de RAI 1, había pronosticado horas antes de la emisión "una buena audiencia, con picos de hasta el 45%", pero se quedó corto. Pese al escepticismo general del electorado, tanto de centroderecha (por los discretos resultados del Gobierno de Berlusconi) como de centroizquierda (no es fácil entusiasmar a los progresistas con un candidato democristiano como Prodi), la atención prestada al debate demostró que el 9 y el 10 de abril podía esperarse una gran afluencia a las urnas. Los analistas de la Casa de la Libertad aseguraron que eso les favorecería, ya que, según ellos, una participación superior al 80% demostraría la movilización de "todos los electores moderados". El mismo argumento, a la inversa, utilizaron los analistas de La Unión-El Olivo: la participación elevada demostraría "la voluntad de cambio" de los electores.

Una familia sigue el debate en televisión entre Silvio Berlusconi y Romano Prodi.
Una familia sigue el debate en televisión entre Silvio Berlusconi y Romano Prodi.EFE

PENDIENTES DEL TELEVISOR

-El candidato de centro-izquierda consiguió ofrecer una imagen más positiva que su rival

-Las altísimas cifras de audiencia auguran una gran afluencia a las urnas los días 9 y 10 de abril

-Il Cavaliere se perdió en algunos momentos en un fárrago de detalles

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