De puntillas

Pertenece Myra Melford a la especie jazzística de los neovanguardistas ilustrados "a la europea". Es artista culta de marcada personalidad y sin apenas presencia discográfica en nuestro país. Ya es mérito que reuniera a los que reunió la tarde-noche del domingo en el San Juan. Fiel a sí misma, Melford anduvo de puntillas sobre un repertorio enteramente propio, excepto por una pieza del keniano Ayub Ogada. En su caminar estuvo secundada por dos solistas muy discutibles y no siempre oportunos, o casi nunca. Aun así, la música sin sobresaltos y con matices impresionistas de la pianista gustó a la concurrencia, y ello pese a la tendencia de la susodicha a alargarse cuando el tema no da para más, o a quedarse corta, cuando sí lo hubiera dado. Lo mejor: su breve pero sentido homenaje a su maestro, el muy singular y recordado pianista Don Pullen.