La PAC provoca el abandono de 30.000 hectáreas de cultivos

El abandono de unas 30.000 hectáreas dedicadas históricamente al tabaco, la remolacha o el algodón ha sido uno de los primeros efectos de la aplicación de la reforma de la Política Agrícola Común (PAC). En medios agrarios se da por seguro que serán más la próxima campaña, especialmente de remolacha en Andalucía. Ante esta situación se reclama la necesidad de buscar cultivos alternativos para esas tierras y evitar el hundimiento de otros mercados.

El efecto negativo sobre las siembras obedece tanto a la reducción de los precios impuesta por Bruselas como al establecimiento de los pagos desvinculados de la producción (percibir una ayuda histórica sin necesidad de cultivar). Estos pagos han animado a miles de agricultores de edad avanzada a dejar la actividad y cobrar la ayuda como jubilación anticipada.

En los cultivos herbáceos, donde la ayuda desvinculada es del 25%, los datos sobre la respuesta de los agricultores se conocerán en los próximos meses, aunque en principio domina la normalidad. Se temen también recortes en las siembras de secano de zonas marginales. El sindicato agrario UPA reclama con urgencia una estrategia negociada con la Administración para evitar el cuasi abandono de zonas de la España continental.

En el tabaco -la mayor parte de la producción se concentra en Extremadura- se han reducido las siembras un 15%, lo que equivale a unas 2.000 hectáreas, según los cultivadores. En España el tabaco da trabajo a unos 5.000 agricultores con 14.000 hectáreas de cultivo y las ayudas comunitarias se elevan a unos 120 millones de euros (más de 8.000 euros por hectárea).

La OCM del tabaco y su aplicación en España contempla el pago del 65% de la ayuda media por hectárea ligada a la producción y el 40% desvinculada. Este sistema se mantendrá hasta 2009. A partir de 2010, las ayudas ligadas y desligadas se distribuirán al 50%. En zonas tabaqueras como Extremadura se teme por el efecto que tengan los abandonos sobre la actividad económica, así como por la búsqueda de cultivos alternativos. En la actualidad hay una mano de obra muy importante en el campo y en la industria, compuesta en gran parte por inmigrantes cuyos puestos de trabajo corren peligro.

En el algodón, las superficies de cultivo en los últimos años se han situado en una media de 90.000 toneladas. La reforma de la OCM contempla el pago del 65% de las ayudas de forma desvinculada y el 35% ligada a una producción de 70.000 hectáreas, con una ayuda de 1.039 euros por hectárea.

Ante esta regulación, el sector de la producción y de la industria temen una caída de las siembras hasta las 70.000 toneladas; además, ante el riesgo de falta de agua.

En remolacha, la rebaja de los precios y el cambio en las subvenciones ya han supuesto el abandono de más de 6.000 hectáreas en la zona centro, a las que se sumarán como mínimo otras 6.000 en la zona norte de Andalucía, junto a otros varios miles en Cádiz y en partes de Castilla y León.