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Reportaje:ESTILO DE VIDA

Ailanto más cerca

Los matrimonios entre grandes marcas comerciales y prestigiosos diseñadores acercan las prendas con nombre propio a un público más amplio. En un experimento cien por cien español, los gemelos Iñaki y Aitor Muñoz y Naf Naf aúnan fuerzas para hacer soñar con una colección colorista y gráfica.

Patricia Gosálvez

Para el gran público, la pasarela es "eso que sale al final de los telediarios". Y tener en el armario una pieza con nombre de desfile tiene un precio. Los diseñadores vascos afincados en Barcelona Iñaki y Aitor Muñoz (1968), gemelos fundadores de la marca Ailanto, reconocen que "la gente normal, con un nivel adquisitivo medio, no puede permitirse" pagar sus exclusivas colecciones de 150 prendas, que van de los 100 euros de una camiseta a los 500 del vestido más caro.

Desde que crearon su firma en 1992 son "la joven promesa", primero de Gaudí y ahora de Cibeles. Una empresa de 10 personas, incluidas costureras -y donde cada puntada se mima-, que ha recibido buenas críticas y numerosos premios. Coloca prendas en 70 tiendas punteras, como Momo en Madrid, Aquagirl en Tokio o Vionnet en Los Ángeles. "Esta bien que exista un punto medio entre las tiendas de los diseñadores y Zara o Mango", comentan los gemelos. En busca de ese diseño asequible se han aliado ahora con la firma Naf Naf.

El gigante francés habita al otro lado del espectro textil. Con 30 años de historia, factura 32 millones de euros al año y está presente en 2.500 puntos de venta en todo el mundo. Sólo en España, donde tienen tres tiendas propias, Naf Naf coloca un millón de prendas al año en 700 tiendas multimarca, 16 franquicias y 67 centros de El Corte Inglés. Naf Naf y Ailanto son dos caras muy distintas de la industria. Y han tenido un niño: Naf Naf by Ailanto, una minicolección de 50 prendas diseñadas por los hermanos Muñoz y producidas y distribuidas por la filial española del grupo francés. "A nosotros nos da la posibilidad de llegar a mucha más gente y aprender cómo trabaja una empresa supergrande", comentan los hermanos Muñoz. Desde Naf Naf, Miquel Esteva, director general del grupo en España, explica: "Con este proyecto intentamos acercarnos al cliente con un producto diferencial que aporte moda". Un pedacito de pasarela, "prendas que hagan soñar a la consumidora".

El breve matrimonio de H&M con Karl Lagerfeld, diseñador de Chanel, en la temporada de otoño-invierno 2004 fue el ejemplo más sonado de este tipo de colaboraciones. Las prendas volaron de las tiendas en unas horas, y a los pocos días Lagerfeld declaraba su molestia por la escasa distribución de su ropa en la cadena. Pasada una semana, las supuestas prendas democráticas -la más cara costaba 149 euros- duplicaban su precio en Internet. H&M repitió al año siguiente con Stella McCartney y mejor fortuna. En España, la firma Don Algodón contrató durante varias temporadas al diseñador Juan Duyos como director artístico.

"Naf Naf by Ailanto tiene nuestro sello sin ser lo mismo, ya que sería contraproducente para todos", dicen los diseñadores vascos. La clave está en que la colección híbrido no se parezca demasiado, o demasiado poco, a una u otra marca. "Y no queremos confundir a nuestro público", apunta Esteva desde Naf Naf. El precio es determinante para que estos diseños sean golosinas en la calle. Se han fabricado 12.500 prendas de la nueva marca, en tallas de la 36 a la 44, colocadas en 200 puntos de venta. Miquel Esteva lo define en términos empresariales como "un posicionamiento intermedio". Vamos, que ni Naf Naf, ni Ailanto: la camiseta, entre 40 y 50 euros; el vestido, entre 120 y 170.

Aún es pronto para conocer la reacción de las compradoras, pero hay indicios de que la pareja funciona. De momento ya han tenido otro niño, la colección Naf Naf by Ailanto para otoño-invierno. El éxito de su presentación en las ferias de Bread & Butter (Barcelona) y Who's Next (París) ha captado el interés de las filiales europeas de Naf Naf. La próxima temporada, el experimento español cruzará fronteras.

¿Miedo al gran público? Parece que no. "Aunque nuestra colección es más minoritaria, llevamos 10 años vendiendo Ailanto", defienden los hermanos Muñoz. "No somos el típico diseñador que hace dos desfiles y luego no encuentras las prendas en ningún sitio". ¿Cómo explicarían esta colección en cuatro palabras? "Colorista, con texturas, muy gráfica. Y, esperemos, fácil de entender y vender… O sea, comercial". Y añaden: "Bueno, comercial entre comillas".

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Sobre la firma

Patricia Gosálvez
Escribe en EL PAÍS desde 2003, donde también ha ejercido como subjefa del Lab de nuevas narrativas y la sección de Sociedad. Actualmente forma parte del equipo de Fin de semana. Es máster de EL PAÍS, estudió Periodismo en la Complutense y cine en la universidad de Glasgow. Ha pasado por medios como Efe o la Cadena Ser.

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