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Reportaje:

El deporte como medicina

170 enfermos del corazón participan en la 18ª Carrera de Cardiología de Sant Pau

Un total de 170 personas, la mayoría con cardiopatías -desde trasplantados de corazón a infartados o pacientes con operaciones de bypass-, participaron ayer por los magníficos jardines modernistas del hospital de Sant Pau en la 18ª edición de la Carrera Científica de Cardiología, organizada por el doctor Ricard Serra Grima, del servicio de Cardiología del citado centro.

La carrera, de dos horas de duración -se puede hacer andando-, tiene como objetivo promover el ejercicio físico. "El deporte es bueno para todo el mundo siempre que se realice en las condiciones adecuadas", explica Serra, y añade que el ejercicio está especialmente indicado para las personas que han padecido alguna cardiopatía. "Para estos enfermos", precisa Serra, "el deporte es como la medicina que se tienen que tomar obligatoriamente. Eso sí, adaptándolo a su edad y a sus condiciones físicas". Para ello, para dar a conocer las bondades del ejercicio físico, participan cada año en la carrera atletas en activo y deportistas de élite retirados, junto con con cardiópatas y trasplantados. Cada grupo lleva su ritmo para, precisamente, hacer explícitas las diferentes maneras y bondades de practicar ejercicio.

Los atletas de competición, como hicieron ayer los maratonianos Francisco Javier Cortés Huete e Isabel Eizmendi por entre los edificios de Domènech i Montaner, llevaban un ritmo más alto que el del ex jugador de baloncesto del Joventut y del F C Barcelona Rafael Jofresa, que se prepara para correr el próximo maratón de Barcelona. Como distinto era el ritmo de Marcos Cepeda, atleta en activo especialista en los 3.000 metros obstáculos que recibió un trasplante de médula ósea hace unos años y que ha vuelto a la alta competición. Precisamente fue hace dos años cuando Cepeda aprovechó la 16ª edición de la Carrera de Cardiología para volver a hacer deporte tras llegar al final de la rehabilitación de su leucemia. Desde entonces, Cepeda corre cada año esta carrera para demostrar que el ejercicio cura.

Junto a los deportistas con nombre, el pelotón anónimo, el que se toma la carrera como una parte de su diario y beneficioso ejercicio, los enfermos con cardiopatías y los trasplantados de toda condición y edad. Hubo ayer hasta un participante de 82 años, éste con un corazón sano, a prueba de bomba, pero que hizo todo el circuito de cuestas y bajadas de Sant Pau para demostrar que también a esas alturas de la vida el deporte está indicado si se hace en las debidas condiciones

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