Ser joven investigador en España

Me dirijo a ustedes para denunciar un hecho que se repite con frecuencia y al que se le debería de poner freno. Les voy a contar una historia para que ustedes juzguen por sí mismos. La historia es la de una chica que se licenció en Ciencias Químicas. Durante el último año de universidad comenzó ya a trabajar en los proyectos de sus profesores. Ello le valió para aparecer, muy joven aún, como colaboradora en diversas publicaciones de cierta importancia científica. Más tarde, y sin obtener remuneración alguna, logró sacarse el título de "suficiencia investigadora", un título posuniversitario que requiere un tiempo mínimo de dos años. Y tras aquello se marchó a Canadá, donde la ofrecieron poder seguir formándose. Un año entero estuvo allí. Vino con un bagaje científico brutal. A sus espaldas tenía colaboración en docenas de publicaciones y participación ya en unos cuantos cursos y conferencias de índole divulgativo.

Tras Canadá y cinco meses aquí en España de sequía laboral, encontró su actual puesto de trabajo. En el llamado Centro de Astrobiología que depende de la Administración central. De esto hace dos años. Se le acaba el contrato este mes. Y creo que no se lo van a renovar. Sin embargo, trabajo y proyectos hay, pero parece ser que faltan compromisos para mantenerlos económicamente. Denuncio el hecho de que aquellos jóvenes investigadores que han sabido aprovechar sus oportunidades y lograr un buen puesto en el mundo de la ciencia, gracias a su dedicación y esfuerzo, pierdan su trabajo porque España no invierta en estos talentos singulares ni apueste por la investigación a largo plazo. España, de seguir por este camino, seguirá siendo un país exclusivamente de servicios, nunca un país como la mayoría de los ciudadanos esperamos.