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Crítica:FLAMENCO | José Mercé
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La de cal y la de arena

El reciente disco de José Mercé se titula Lo que no se da, y el lunes fue presentado en Madrid, en un Teatro Real lleno hasta la bandera. Una presentación como la de otros discos anteriores del cantaor, ni más ni menos. Con esto quiero decir que se trata de un álbum de música fácil, con mucho estribillo y mucho coro.

Menos mal que Mercé no cantó sólo el disco, como también es costumbre en él, sino que introdujo otros cantes entre los que hubo algunos de los mejores de la noche. Así, Al alba y las bulerías -bien tradicionales- que hizo al final de su recital y que nos quitaron mucho amargor de boca.

Por lo demás, la elección del repertorio ya es bastante sintomática. Sobre 12 o 14 temas, hubo cuatro de tangos y tres de bulerías. Evidentemente, demasiados y demasiado parecidos entre sí. Mercé se siente a gusto en esos palos y parece que no le importa por su insistencia en ellos. De los demás estilos, hay que salvar la soleá y la malagueña, los dos bien engarzados al comienzo del concierto, además de la toná inicial. Después ya se metió en los palos rítmicos con el resultado al que hemos aludido. Hay algunos títulos que incluso no tenían envergadura para un recital de esta naturaleza, estando entre los más pobres del cantaor.

Lo que no se da

Cante: José Mercé. Dirección y piano: Diego Magallanes. Guitarras: Moraíto Chico y Eduardo Baldomero. Percusión: Cesáreo Moreno. Bajo: Manuel Nieto. Flauta: Juan Parrilla. Violín: David Moreira. Coros: Desiré Soto, O'Hara Soto y Marcelino Fernández. Teatro Real. Madrid, 27 de febrero.

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Hay otras muchas cosas que podríamos decir para explicar este cal y arena con que nos obsequió el cantaor. José Mercé perdió por momentos su compostura, pidiendo palmas al público o pidiéndole coros. Que el público dio, por supuesto. Pues ya sabemos que las audiencias -y más ésta de invitación- son lo que se dice un pedazo de pan. Pero la actitud del cantaor en estos casos estaba más cerca de la discoteca que de un Teatro Real, que por segunda vez le abría sus puertas.

José Mercé cantó por lo demás bastante bien, pues es cantaor de voz flamenquísima y de una rajo sobresaliente. En estas ocasiones se mueve con enorme desenvoltura, que le ayuda en el empeño de ofrecer espectáculo. El lunes tuvo momentos muy destacados en los temas en que estuvo más afortunado, pero en otros momentos estuvo de un gris casi insoportable, haciendo un cante mortecino y triste. No fue, desde luego, su mejor noche, aunque tampoco podemos decir que fue la peor. Se quedó ahí en un ten con ten muy destacado.

Hubo muchos estribillos y muchos coros. Los componentes de los coros cantaron mucho, ya que hubo temas en que los estribillos se repetían una y otra vez. Trabajaron fuerte los tres jóvenes integrantes de los mismos, puesto que sobre ellos recaía una de las responsabilidades importantes de la jornada. También hubo dos números de música sin el cante de Mercé, en los que los músicos participantes salieron airosos con brillantez. Esto fue todo lo que ocurrió en esta presentación de Mercé, que no pasará a la historia como algo sensacional, aunque quizá quede en la historia personal del cantaor.

José Mercé, el lunes en el Teatro Real.
José Mercé, el lunes en el Teatro Real.BERNARDO PÉREZ
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