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Análisis:ESTA SEMANA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Maragall inoportuno

No hay signos de que el presidente de la Generalitat, Pascual Maragall vaya a cambiar su estrategia de poner énfasis en la necesidad de fijar límites a la solidaridad ante el auge de las comunidades más pobres en referencia directa a Extremadura y Andalucía. Lo dijo en Nueva York y para nada se ha inmutado ante las críticas surgidas entre los socialistas y, muy especialmente, por parte del presidente de la Junta andaluza, Manuel Chaves. Antes al contrario, después de que éste no se sumara a su particular tesis de crear dos clases de autonomías, no ha parado de afear al máximo el progreso conseguido por los andaluces hecho que utiliza, incluso, como un factor de agravio comparativo. El mundo al revés. Pretende que cale en la sociedad catalana un mensaje absolutamente reaccionario señalando a las regiones más desfavorecidas poco menos que como parásitos que viven a costa de la ayuda de los catalanes, y eso, a ojos de Maragall, resulta intolerable.

Con esta intención difícil será para el PSC encontrar comprensión en sus posiciones entre los andaluces, tanto aquí como en la propia comunidad catalana. Si bien hay quien encuentra diferencias en el seno de esta formación en relación con esta visión de las cosas, por ejemplo, entre el ministro José Montilla y el mismo Maragall, lo cierto es que nadie les pone freno. De esta forma, se equivocan una vez más con Andalucía, pero errarían, también, los dirigentes socialistas andaluces si optaran por mirar hacia otro lado cada vez que surja un improperio desde Barcelona. Por tanto, puesto que no se descarta que, esta semana, Maragall siga en las suyas e insista en nuevas invectivas contra Andalucía, bueno sería que se fueran preparando para una reacción, si cabe, más contundente aún de la que hasta ahora se ha producido. Puede que el líder catalán esté actuando así ante la falta de apoyo que encuentra en el gobierno central y el PSOE, desestabilizándole su tripartido al optar Madrid por CiU antes que por Ezquerra, pero lo que resulta inadmisible es que trate de alterar el proceso estatutario andaluz, con unas declaraciones que no hacen más que generar discordia entre pueblos, tal y como viene haciéndolo, precisamente, el PP. Así que, a la espera de que nos deje tranquilos Maragall, sólo nos queda contemplar la foto fija que se nos presenta estos días con motivo del 28-F, dibujándose un mapa político muy consolidado, sin apenas oscilaciones, para mayor desesperación de la derecha andaluza.

Urgidos por la necesidad de dar un vuelco electoral al actual estado de las cosas, el PP parece conformarse con bien poco al lanzar las campanas al vuelo con un escuálido incremento de apoyos que resulta a todas luces insuficiente para los objetivos que se han planteado. Puede, por tanto, que esta realidad ablande las mentes de algunos y sirva para allanar el camino al acuerdo entorno al estatuto andaluz en un cambio así de estrategia que estaría más en sintonía con lo que expresa, de momento, por ahora en las encuestas, el pueblo andaluz.

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