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El Ayuntamiento inicia el derribo del poblado chabolista de La Quinta

El asentamiento de 100 infraviviendas es un 'hipermercado' de la droga

Infraviviendas, hogueras, basura, trapicheo de droga y venta de chatarra. Así es el poblado chabolista de La Quinta, en el distrito de Fuencarral-El Pardo, que ayer comenzó a derribar el Ayuntamiento de Madrid. Los inspectores de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) acudieron, acompañados de 80 policías, para iniciar la demolición de las infraviviendas desocupadas o cuyos moradores no pagaban el alquiler municipal.

La Quinta fue construido en el verano de 1992 por el entonces Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginada para alojar a 83 familias chabolistas de los poblados de la Cruz del Cura y Ricote, en Fuencarral, y de la avenida de Aster, en Chamartín.

Las previsiones municipales recogen que toda la zona quede libre de edificaciones -cerca de un centenar- antes de que termine el verano. Los residentes de la zona, dedicados a la venta de heroína y la chatarra, se quejaron de que el Consistorio no les daba una vivienda digna donde poder instalarse.

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Algunas infraviviendas de este poblado se caracterizan por estar hechas de madera y cubiertas con grandes lonas y plásticos. El frío, la suciedad y la podredumbre se cuelan por sus rendijas, mientras sus moradores intentan evitarlo con fogatas. Las maderas de un palé destrozado en medio de la calle o troncos partidos de cualquier árbol son utilizados para hacer unas pequeñas brasas y calentarse. Ayer se hacía especialmente patente debido a las bajas temperaturas que se registraron en la región. La Quinta se ha convertido en uno de los poblados en los que se trafica con más heroína. Los consumidores acceden a pie o en coches a través de la carretera que lleva a El Pardo. Algunos se dedican a alquilar pequeñas chabolas o a vender papeles de plata con los que hacerse un chino (quemar la heroína y aspirar el humo que se desprende).

Algunos coches abandonados también sirven de improvisados sitios donde pincharse. Hombres andrajosos se chutan en medio de un pedregal plagado de jeringuillas usadas.

Una mujer y su hijo contemplan las operaciones de demolición de parte del poblado de La Quinta, en Fuencarral-El Pardo.
Una mujer y su hijo contemplan las operaciones de demolición de parte del poblado de La Quinta, en Fuencarral-El Pardo.CRISTÓBAL MANUEL

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