Israel afirma que la Autoridad Palestina se convierte en terrorista si la dirige Hamás
Olmert anuncia que aplicará sanciones económicas en cuanto se constituya el nuevo Gobierno
La presión diplomática que Estados Unidos y la Unión Europea han ejercido sobre Israel para que aplace las sanciones económicas contra la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha surtido efecto. Tras semanas de duras amenazas, el Gobierno de Ehud Olmert, que considera que la ANP "está convirtiéndose en una organización terrorista" tras el triunfo de Hamás en las urnas, edulcoró ayer su posición y pospuso el castigo hasta que los fundamentalistas formen el Ejecutivo. El resto de medidas adoptadas se dirige, en plena campaña electoral en Israel, a calmar al electorado.
El lenguaje de los miembros del Gobierno ha sido tajante y duro desde que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) se erigiera triunfador en las elecciones legislativas del 25 de enero. Los comicios en Israel, previstos para el 28 de marzo, están a la vuelta de la esquina y no conviene al candidato Olmert ceder en un asunto crucial de la campaña. No obstante, ha atemperado sus advertencias.
El Ejecutivo israelí decidió el 1 de febrero, una semana después de la victoria de la organización islamista, congelar el traspaso de los impuestos y tasas que Israel recauda en nombre de la Autoridad Nacional Palestina. Tras el rechazo inicial a la transferencia, rectificó y entregó unos fondos que rondan los 40 millones de euros mensuales.
La hacienda israelí ingresa ese dinero en cumplimiento de los Acuerdos de París, suscritos por la OLP y el Gobierno hebreo hace ahora 10 años. En virtud de ese pacto, la Administración israelí ingresa tasas por la exportación de productos palestinos, retenciones de impuestos a los trabajadores empleados en Israel y deducciones por el IVA.
Ni Washington ni Bruselas están por la labor de que los palestinos de a pie paguen en sus propias carnes los efectos de ese corte de recursos hasta que se constituya el nuevo Gobierno, que encabezará Ismail Haniya, uno de los líderes de Hamás en Gaza, quien ya ha sido propuesto oficialmente como candidato de su partido a dirigir el Ejecutivo palestino.
Cinco semanas de plazo
Se impone así un compás de espera que puede prolongarse cinco semanas, el plazo con el que cuenta Haniya para designar su Gabinete. Porque, como señaló la semana pasada el alto representante de la Política Exterior europea, Javier Solana, el presidente palestino, Mahmud Abbas, gozará siempre del respaldo de la UE. Y Abbas, comprometido con el proceso de paz con el Estado judío, fue elegido hace sólo 13 meses y ha anunciado su firme intención de cumplir su mandato.
Las medidas que el primer ministro interino israelí, Ehud Olmert, adoptó ayer se alejan de algunas disposiciones draconianas planteadas por alguno de sus ministros. "Hay que hacer que adelgacen, aunque no matarlos de hambre", propuso uno de los principales asesores del Gabinete días atrás. "Una vez que concluya la fase del actual Gobierno en funciones detendremos la transferencia de fondos a la Autoridad Palestina", declaró el sucesor de Ariel Sharon tras la reunión con sus ministros.
Olmert añadió que "Israel no mantendrá contactos con un Ejecutivo del que Hamás forme parte". Una decisión que nada tiene de novedad. "Está claro que a la luz de la mayoría obtenida por Hamás y las instrucciones que ha recibido para que nombre al Gobierno, la Autoridad Palestina se ha convertido de facto en una autoridad terrorista". Tampoco sorprende esa declaración de Olmert, porque el Gobierno de Israel siempre ha responsabilizado a Mahmud Abbas de negarse a combatir a las milicias palestinas que perpetran los ataques suicidas y lanzan cohetes artesanales desde Gaza sobre suelo de Israel.
El Ejecutivo excluyó de las sanciones la prohibición para que los trabajadores empleados en Israel puedan acudir a sus puestos de trabajo. Pero tampoco habría acarreado consecuencias dramáticas, ya que son muy pocos miles los palestinos que se ganan la vida en empresas israelíes.
Los efectos sobre el terreno de la serie de resoluciones acordadas son insignificantes a corto plazo. Olmert instó a la comunidad internacional a que detenga la asistencia financiera, salvo la ayuda humanitaria, cuando el Gobierno de Hamás comience su andadura. Asimismo, anulará la cooperación con las fuerzas de seguridad palestinas, que es de por sí muy reducida; y restringirá los movimientos de los parlamentarios de Hamás, a los que se impide desplazarse entre Gaza y Cisjordania. Nunca desde la erupción de la segunda Intifada, en septiembre de 2000, han podido viajar. Para terminar, incidió en que la seguridad en los controles militares aumentará.
Grave crisis financiera
El presidente palestino, Mahmud Abbas, advirtió que si Israel lleva a la práctica sus amenazas la Autoridad Nacional Palestina afrontará una "grave crisis financiera". "Creemos que podríamos sobreponernos a esta crisis en mes", añadió Abbas.
No obstante, las respuestas fueron mesuradas tras conocerse que Israel había aplazado su decisión. El portavoz de la presidencia palestina, Nabil Abu Rudeina, aseguró que las medidas del Gobierno son "dolorosas" e instó a Estados Unidos a que presione a Israel para que no las ponga en práctica.
Tampoco los dirigentes de Hamás se mostraron excesivamente indignados con unas restricciones que para ellos son la norma de cada día. "Ésta es una decisión defectuosa que los israelíes deberían reconsiderar", comentó el nuevo presidente del Parlamento, Abdulaziz Duaik. Aunque añadió: "Sólo incrementarán el odio".
Sami Abu Zuhri, portavoz del movimiento fundamentalista, reiteró lo ya repetido. "Las futuras sanciones", dijo, "nunca afectarán la determinación de continuar con nuestra estrategia". Y precisó en un mensaje que sabe que causa malestar en los países occidentales: "Buscaremos ayuda económica en países árabes e islámicos".
La gira que dirigentes de Hamás están efectuando por países árabes y musulmanes está provocando inquietud en Israel y también en Bruselas y en Washington, los principales contribuyentes a las arcas palestinas.
El régimen iraní, mientras, encantado de que Occidente corte las ayudas al Gobierno palestino para ocupar su lugar.
LA PRESIÓN DE LAS URNAS
- El primer ministro israelí declaró que no mantendrá contacto con un Ejecutivo del que forme parte Hamás
- Las elecciones en Israel, el 28 de marzo, están muy cerca, y al candidato Olmert no le conviene ceder en un asunto crucial de la campaña
- Los efectos de las resoluciones acordadas por Israel son, en la práctica, insignificantes a corto plazo
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