El Gobierno de Basora rompe con las tropas británicas a causa del vídeo de las palizas
La policía militar de Reino Unido detiene a otros dos soldados implicados en los hechos
La crisis provocada por los malos tratos de soldados británicos a varios civiles iraquíes, desvelados el pasado domingo, tomó ayer un sesgo inesperado al saberse que el Consejo Provincial de Basora, la región al sur de Irak donde están desplegadas las tropas de Reino Unido, ha decidido cortar sus relaciones con el Ejército británico. Aunque los efectos prácticos de ese llamamiento no están claros, supone un revés de gran calado para el primer ministro, Tony Blair, porque acrecentará las presiones internas para una retirada de territorio iraquí.
El Consejo Provincial ha pedido, asimismo, la retirada del contingente de 540 soldados que Dinamarca tiene desplegados también en esa región, como consecuencia de la polémica mundial en torno a la publicación de unas caricaturas sobre Mahoma en un diario danés. Aunque este organismo no tiene poderes jurídicos para forzar la retirada de las tropas danesas, ni tiene mando tampoco sobre la policía iraquí, que depende del Gobierno nacional en Bagdad, su demanda refleja la creciente tensión en la provincia y también la creciente influencia del líder de los chiíes radicales, el clérigo Múqtada al Sáder.
El ministro danés de Defensa, Soeren Gade, declaró que su país no va a acatar las demandas de retirada. "Nuestra política exterior no la decide el Consejo Provincial de Basora", declaró.
Nadhim Al Jabiri, miembro del citado Consejo Provincial, declaró que la suspensión de contactos incluía la suspensión de la cooperación con el consulado británico en Basora. El jefe de la policía local, el general Hassan Suwadi, afirmó que las fuerzas de seguridad iraquíes en la zona dejarán de patrullar de manera conjunta con el Ejército británico en la provincia.
Sin embargo, las autoridades políticas y militares de Reino Unido no sabían ayer de qué manera exacta se iba a concretar la ruptura de relaciones. Un portavoz militar dijo que la policía iraquí depende de Bagdad, no de Basora, y afirmó que una decisión de ese tipo "sólo puede ir en detrimento de la gente de Basora". El Ministerio de Defensa admitió no saber cuáles serán los efectos concretos del boicoteo a las tropas británicas.
Pero, sean cuales sean esos efectos, el anuncio es una mala noticia para el primer ministro Tony Blair, que suele poner énfasis en que las tropas británicas están en Irak para ayudar a las autoridades iraquíes. El llamamiento del ConsejoProvincial puede aumentar el nivel del rechazo de los iraquíes, o al menos de una parte de ellos, a la presencia de tropas extranjeras en el país.
Aunque las tropas británicas fueron bien recibidas al principio en Basora, a medida que se ha ido deteriorando la situación se ha incrementado la hostilidad hacia su presencia. Los incidentes ahora desvelados se produjeron hace ya dos años, el 10 de enero de 2004, en la ciudad de Asmara, pero las cosas no están mucho mejor ahora. La creciente tensión con el vecino Irán ha favorecido a la insurgencia chií, cada vez más directamente enfrentada con los británicos.
Ayer, dos jóvenes que dicen haber sido víctimas de las palizas de los británicos dieron una rueda de prensa en las oficinas del clérigo radical Múqtada al Sáder en Asmara. Bassem Shaker, de 27 años, y Tariq Abdul Razzak, de 14, explicaron que estaban entre las 200 personas que ese día se manifestaban en Asmara en protesta por la falta de trabajo. Según su relato, los manifestantes empezaron a arrojar piedras contra las tropas británicas "porque creíamos que ellos eran responsables de nuestra situación de miseria". Ese día hubo 6 muertos y 11 heridos.
Según su relato, un total de nueve manifestantes fueron arrastrados hasta la base británica y allí fueron objeto de golpes y abusos y permanecieron detenidos hasta el atardecer. No está claro que estas dos personas, que aseguraron que van a denunciar al Ejército británico y a pedir una compensación, estén entre los cuatro manifestantes que aparecen en la filmación divulgada, en la cual se ve cómo ocho soldados, identificados como miembros del Primer Batallón de Infantería Ligera, propinaban puñetazos, bastonazos y patadas a cuatro adolescentes de apenas 15 años.
La policía militar detuvo el domingo al cabo Martin Wesbster, aparentemente la persona que filmó o montó las imágenes, aunque no está claro si está detenido en calidad de testigo o como presunto participante directo en las palizas. El Ministerio de Defensa explicó ayer que otros soldados "están colaborando en la investigación", considerada de máxima prioridad. Anoche se anunció que hay otros dos detenidos "que podrían estar implicados en los abusos", según el Ministerio.
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