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Berlusconi asegura ser "el Jesucristo de la política" italiana

Enric González

La campaña electoral italiana no ha hecho sino comenzar, y Silvio Berlusconi ya ha interpretado a casi todos los personajes del manicomio: el viernes se comparó con Napoleón, y el sábado, con Churchill y Jesucristo. "Soy el Jesucristo de la política, la víctima inocente que se sacrifica por todos", anunció ante 5.000 fieles durante un mitin en Ancona. En los actos políticos de Berlusconi hay chistes, insultos y provocaciones. Ni un minuto de aburrimiento. Il Cavaliere quiere galvanizar a los suyos y dispara con calibre grueso para acaparar titulares y minutos en televisión. Hasta el momento, toda la campaña gira en torno a su persona.

"Es más fácil conseguir la paz en Oriente Próximo que convertir a Romano Prodi en una persona inteligente", dijo en Ancona como remate de un chiste. Tras cargar contra su rival, aseguró que Prodi carecía de importancia y que el auténtico jefe del centro-izquierda era Massimo d'Alema, presidente de los Demócratas de Izquierda (antiguo PCI). Acto seguido identificó a todo el centro-izquierda con el comunismo y siguió desmelenándose: "Estos días, a ratos perdidos, estoy leyendo la obra completa de Lenin y Stalin, y os puedo asegurar", comentó ante un auditorio embelesado, "que son personas que odian la vida, que verdaderamente hacen daño". Llegado a ese punto, tocaba chiste: "Resulta que el desierto del Sáhara se hace comunista; al principio no ocurre nada, pero luego, poco a poco, la arena empieza a desaparecer...". Y una nueva comparación: "Leo que Winston Churchill nos salvó de los nazis. Pues bien, Berlusconi nos salvará de los comunistas".

Nunca, ni cuando existían la Democracia Cristiana y el Partido Comunista, había agitado de tal forma un dirigente conservador el espantajo del marxismo. Sólo los ribetes más radicales de la Unión, la coalición de centro-izquierda, se identifican como comunistas, pero Berlusconi espera asustar, a base de insistencia, al electorado conservador abstencionista, decepcionado con los últimos cinco años de Gobierno.

La comida del león

Hubo también críticas a la prensa italiana. "Si un militante de Forza Italia mete la mano en la jaula de un león y consigue sacarla entera, ¿qué titulan los periódicos al día siguiente? 'Secuaz de Berlusconi roba la comida a un inmigrante africano".

Por la mañana, en Roma, Berlusconi salió a dar un paseo por el centro de la ciudad para estrechar manos y adoptar un tono intimista y sufrido en los mensajes: "Yo he superado pruebas difíciles, he estado enfermo de cáncer [de próstata]. Diría que desde entonces", comentó a un grupo de personas, "carezco de miedo. Recuerdo la camilla que me llevaba al quirófano. Cualquier otra situación se queda en nada comparada con aquello". Luego admitió por primera vez la posibilidad de una derrota, y aseguró que en ese caso (que calificó de "tan improbable que puede darse por imposible") resistiría la tentación de retirarse "a las Bahamas" y asumiría la jefatura de la oposición.

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