Los países vecinos de Nigeria se ven inermes contra la gripe aviar
El continuo contacto con los pollos dispara el riesgo de casos humanos
Níger, Chad, Ghana, Benin y Camerún, cinco países de África occidental que suman 65 millones de habitantes, trataban ayer de imponer prohibiciones a la importación de pollo desde la vecina Nigeria, arrasada por la gripe aviar. Pero sus Gobiernos carecen de medios para frenar el tráfico fronterizo y para aislar el virus. Los expertos temen casos de contagio humano, puesto que muchos nigerianos siguen vendiendo pollos enfermos.
Níger y Chad, los países más cercanos al norte de Nigeria, donde el primer brote conocido del virus H5N1 ha matado a 42.000 pollos en una sola granja, prohibieron ayer todas las importaciones de pollo y derivados de su vecino del sur, y anunciaron medidas de emergencia para evitar el tráfico ilegal. Pocas horas después tomaron o anunciaron medidas similares Ghana, Benin y Camerún.
Pero Níger tiene 1.500 kilómetros de frontera con Nigeria, y su propio secretario de Salud Pública, Hamani Harouna, admite que será muy difícil controlar el bullicioso comercio fronterizo. El resto de los gobiernos de África occidental admiten su casi total indefensión contra la gripe aviar. Carecen de los medios más elementales para detectar con rapidez los brotes del virus -una acción esencial para aislarlo a tiempo-, y de los sistemas veterinarios y sanitarios necesarios para paliar sus efectos.
Pese a que el virus H5N1, endémico en las aves asiáticas, es muy ineficaz infectando al ser humano (la OMS ha registrado 165 saltos a personas desde 2003, de las que 88 han muerto), los expertos están seguros de que habrá contagios humanos en Nigeria, si es que no los ha habido ya.
En el país, los pollos se compran vivos, se llevan en autobuses repletos de gente y se matan en casa, y mucha gente desinformada mantiene estas prácticas con pollos visiblemente enfermos. Incluso en las granjas afectadas que están aplicando las medidas ordenadas por el Gobierno, los empleados cogen los pollos enfermos o muertos sin guantes ni mascarillas.
Las autoridades no han registrado aún ninguna víctima humana, pero difícilmente se habrían enterado si la hubiera habido, ya que el país sufre uno de los índices de mortalidad más altos del mundo, y no se suela determinar la causa del fallecimiento. El contacto permanente entre las aves y las personas, además, incrementa la probabilidad de que el virus acumule las mutaciones que le permiten adaptarse al ser humano. La infección sólo ha sido confirmada por la Organización Mundial de la Salud Animal (OIE) en dos granjas comerciales del norte del país -en una de ellas mató a 42.000 pollos-, pero el virus lleva propagándose sin el menor control al menos un mes, y su alcance es mucho mayor con toda probabilidad.
Al menos otras dos grandes explotaciones comerciales del Estado de Kano están infectadas, y también un número imposible de precisar de corrales caseros. La alimentación de los 129 millones de nigerianos dependía fuertemente -hasta ahora- de la cría de 140 millones de pollos. Aun en ausencia de contagios humanos, el virus H5N1 supone un desastre de dimensiones incalculables para el país más poblado de África.
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