Las encuestas ocultadas por CiU son sólo "la punta del iceberg", según el PSC

La polémica desatada en torno al hallazgo de 32 sondeos de opinión encargados y ocultados por los gobiernos de Convergència i Unió (CiU) no remite. El portavoz adjunto de los socialistas en el Parlament, Joan Ferran, advirtió ayer de que el descubrimiento de las encuestas es sólo "la punta del iceberg" del uso de fondos públicos "en beneficio partidista".

Ferran anunció que el Partit dels Socialistes ya ha puesto en marcha una investigación para aclarar si existe "más material escondido" y para determinar el coste de los estudios encargados por CiU.

Sin embargo, el diputado precisó que, de momento, los socialistas no van a pedir comparecencias parlamentarias -como ya han hecho Esquerra y el PP-, ni tampoco llevarán el asunto a la Fiscalía -como hará Iniciativa Verds-Esquerra Unida-, porque sería "precipitado". De todas formas, Ferran tachó de mentirosos a los dirigentes de CiU Xavier Trias, Artur Mas y Felip Puig, quien no tardó en replicar.

Puig, portavoz parlamentario de la federación nacionalista, retó a Ferran a llevar el caso a la Fiscalía y a abdicar de su escaño si no se admite a trámite o no hay indicios de delito. También acusó a los socialistas de empezar la campaña electoral de las municipales tratando de perjudicar a Xavier Trias.

Ferran también reveló que, junto con la encuesta de evaluación del debate de Política General de 2000, ha sido hallado un informe que expresa la voluntad de "mutilar" una parte de los resultados para que no perjudicaran a CiU. El Gobierno de CiU introdujo el informe en el Registro Público de Encuestas y Estudios de Opinión sin la parte correspondiente a la intención de voto.

El documento indicaba que el hecho de que la financiación económica tuviera una consideración "discreta" podría perjudicar la imagen del Gobierno de la federación nacionalista y se emplazaba al Ejecutivo a "afrontar mejor los temas que preocupan a los ciudadanos" a través de la mejora de la financiación.