España negocia formar un cuartel en Kabul con EE UU, Alemania y Polonia

España negocia desde hace semanas su integración en el cuartel general de la OTAN de Afganistán junto a EE UU, Alemania y Polonia, según fuentes aliadas. Estos cuatro países se harían cargo del mando de las tropas de la OTAN en Afganistán en 2007 durante un periodo de transición, estimado en un año, hasta que se ponga en marcha el nuevo cuartel general compuesto que estudia el Comité Militar de la Alianza Atlántica, agregaron las mismas fuentes.

Responsables militares estimaron que la contribución española rondaría los 200 cuadros de mando, al margen del personal de tropa, y que un general español se haría cargo de una de las divisiones del nuevo cuartel de Kabul. España, Polonia y Alemania eran los tres países que, por turno, debían relevarse al frente de la Fuerza de Asistencia para la Seguridad (ISAF) en Afganistán a partir del año próximo, mientras que EE UU dirige la operación Libertad Duradera, de lucha contra el terrorismo.

La extensión de ISAF hacia el sur, feudo de los talibanes, ha llevado a la OTAN a replantearse esta disociación y a admitir que ambas operaciones queden bajo un único comandante supremo, aunque la responsabilidad de Libertad Duradera recaiga directamente sobre un vicecomandante estadounidense. ISAF cuenta actualmente con 9.000 soldados (500 españoles), que se incrementarán hasta 15.000 el próximo verano, y EE UU, con 19.000.

El ministro de Defensa, José Bono, anunció ayer que el Gobierno no se opondría a esta fórmula, aunque sólo se pronunciará cuando reciba una petición formal. Bono recordó que España se retiró en julio de 2004, ya con el nuevo Gobierno, de Libertad Duradera, en la que colaboraba con una fragata en el cuerno de África. "España ha manifestado que no está en Libertad Duradera y, además, no va a estar, razón por la que no podemos dirigir esa operación", agregó.

Fuentes aliadas explicaron que el compromiso de dirigir el cuartel general de Kabul en 2007 lo asumió el Gobierno del PSOE y que la convergencia de las dos operaciones -la de reconstrucción y estabilización, y la de lucha antiterrorista- en un único mando planteaba un problema al nuevo Ejecutivo, que la oferta del mando cuatripartito, planteada por Estados Unidos, vendría a resolver.