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Un error del PSOE en el Congreso anula la última subida de impuestos del tabaco

El Consejo de Ministros aprueba hoy un nuevo decreto para restablecer el aumento

El tabaco sigue dando quebraderos de cabeza al Gobierno. El error de 30 diputados del PSOE impidió convalidar ayer en el Congreso el decreto ley de 20 de enero pasado por el que se subieron los impuestos que gravan el tabaco. En medio de un gran jolgorio en los escaños del PP, el único grupo que se oponía a la convalidación, el presidente del Congreso, Manuel Marín, anunció que el resultado de la votación era de 152 votos a favor de convalidarlo, 169 en contra y una abstención. La subida queda anulada desde hoy, pero el Consejo de Ministros aprobará hoy mismo otro decreto para restablecerla.

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Según fuentes parlamentarias, ésta es la segunda ocasión en la que sucede algo parecido. El único antecedente se dio el 6 de febrero de 1979, con un Gobierno de UCD, cuando la Diputación Permanente del Congreso no convalidó un decreto ley que prorrogaba "por el tiempo imprescindible la actuación de la junta central de acuartelamiento".

La anulación del decreto implica que, desde hoy, los impuestos del tabaco son los anteriores a la subida, salvo que el Gobierno decida remediarlo con otro decreto ley. Fuentes del Ministerio de Economía confirmaron ayer que el Consejo de Ministros aprobará hoy ese decreto ley. No especificaron si la subida será la misma que la establecida el pasado 20 de enero o superior.

El ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, dejó abierta esta posibilidad en el Congreso al señalar, antes de la derogación del decreto, que no descartaba nuevas subidas en los impuestos del tabaco. Solbes confirmaba así su malestar por la guerra de precios de las empresas tabaqueras, con Philip Morris y Altadis a la cabeza, que han intentado contrarrestar las subidas de precios con bajadas de precios.

Pero las decisiones de subir los impuestos del tabaco no se anuncian para evitar el acaparamiento por parte de los estancos. La legislación permite al Gobierno utilizar la fórmula de decreto ley para aprobar medidas como la subida de impuestos del tabaco del pasado 20 de enero. Pero luego, el Congreso debe convalidar esa norma mediante una ley.

Es de lo que se trataba ayer, cuando un error en los bancos socialistas dio al traste con el procedimiento normal. Según fuentes de Hacienda, la subida de los impuestos del tabaco es legal y ha estado vigente desde el pasado 20 de enero hasta hoy mismo, a pesar de que el Congreso no lo haya ratificado.

El decreto ley sobre los impuestos del tabaco había sido defendido a primera hora de la mañana por el vicepresidente económico, Pedro Solbes, y contó con el apoyo de todos los grupos, excepto el PP.

Tras este debate se inició el del Estatuto valenciano, con el hemiciclo semivacío y, una vez concluido, se pasó a las votaciones. Como casi siempre, hubo que esperar varios minutos a que los diputados llegasen para votar. El presidente Marín anunció claramente que se iba a proceder a la votación para convalidar o derogar el decreto ley.

Marín utilizó la fórmula ritual: "Comienza la votación". Los diputados tienen 15 segundos para apretar el botón del sí, el del no, o el de la abstención. En cada grupo, sobre todo en los más numerosos, algún miembro de la dirección se encarga de levantar la mano desde la primera fila, de forma que sea visible para todos sus compañeros, e indica que hay que votar sí, si levanta un dedo; que hay que abstenerse, si muestra dos, y que deben apretar el voto del no si levanta tres dedos.

Confusión

Ayer, una de las encargadas de esta operación en el grupo socialista, la diputada Carmen Sánchez, levantó la mano, vaciló al mostrar los dedos y recibió voces contradictorias desde escaños cercanos de su propio grupo.

A lo largo de los segundos que dura la votación mostró dos o tres dedos, según los momentos. Total: 30 diputados, entre ellos gente tan conocedora de la mecánica parlamentaria como el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Jesús Caldera; la vicepresidenta primera del Congreso, Carme Chacón, o el secretario general del grupo, Diego López Garrido, apretaron el botón del no.

En los escaños del PP advirtieron rápidamente las señales contradictorias que recibían los diputados socialistas y empezaron las voces y los gestos de burla. Incluso algunos gritaron, durante los 15 segundos de la votación, "¡que es sí!, ¡que es sí!", pero la huella electrónica es implacable y no hubo tiempo de rectificar.

La diputada del PP Elvira Rodríguez, junto a Solbes, en el Congreso.
La diputada del PP Elvira Rodríguez, junto a Solbes, en el Congreso.EFE

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