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El hambre amenaza la vida de 3,5 millones de personas en Kenia

La desnutrición afecta al 30% de los niños en las zonas más áridas

Mónica Ceberio Belaza

En Kenia, desde hace varios años, en las estaciones de lluvia, no llueve, y la sequía puede provocar ahora una hambruna a tres millones y medio de personas, casi el 10% de la población del país, según el Gobierno de Kenia y el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas. Entre un 18% y un 30% de los niños menores de cinco años está malnutrido. El Gobierno keniano pidió ayer 230 millones de dólares para evitar la hambruna.

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Al menos 40 personas han muerto en Kenia desde el pasado diciembre por enfermedades relacionadas con el hambre. Las estaciones de lluvia (marzo-junio y octubre-diciembre) no han dejado caer apenas agua en los últimos años. Desde 1999, sólo en 2003 llovió lo suficiente como para evitar una crisis alimentaria. En estos momentos, la situación es crítica, especialmente en el norte y noreste del país, donde no ha llovido desde hace más de dos años y donde viven poblaciones ganaderas y nómadas a las que la falta de agua les ha arrebatado su único medio de vida: animales con los que comerciar y de los que extraer leche.

"Es muy triste, te encuentras animales muertos por todas partes", relata Teresa Murray, jefa de misión en Kenia de la organización Acción contra el Hambre. El ganado, como las personas, no tiene qué comer ni qué beber. "Un río que antes tenía que cruzarse en canoa, ahora sólo cubre los pies de los niños". Acción contra el Hambre tiene un centro de nutrición terapéutica en Mandera, en el noreste del país, una zona especialmente árida en la que la malnutrición está haciendo estragos. "Nosotros damos comida a los niños, mujeres embarazadas y lactantes", explica Murray, "pero como no hay una distribución general de comida a toda la población, los niños acaban compartiendo sus raciones con las familias". Los niños con malnutrición severa son ingresados en el centro. Sólo en el mes de enero, murieron ocho.

En Wajir, en el este, una de las zonas más afectadas por la sequía, ha muerto ya el 70% del ganado. Aquí Oxfam da alimentos a 200.000 personas, el 34% de la población, "pero otro 30%, al menos, necesita ayuda", explica Brendan Cox, responsable de la oficina de Oxfam en Nairobi. En Wajir, el 30% de los niños está malnutrido. Con un porcentaje del 15%, la ONU ya considera la situación como de "emergencia".

La falta de lluvia implica, además, que la gente beba agua contaminada de los ríos y pozos, lo que provoca que se propaguen enfermedades como la diarrea y la disentería, que dificultan la recuperación en los casos de malnutrición.

Desde septiembre de 2005, el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas da comida en el país a más de un millón de personas al mes. "Pero necesitan ayuda tres millones y medio", afirma Rene McGuffin, de la oficina de Nairobi.

Otros países cercanos están también en riesgo alimentario. Los somalíes y etíopes, que tienen frontera con Kenia y serios problemas de sequía, acuden cada vez más a este país a recibir ayuda humanitaria. "Pero, por el largo viaje, llegan en tan mal estado nutricional que es imposible salvarlos", se lamenta Teresa Murray, de Acción contra el Hambre.

Las organizaciones humanitarias coinciden en que es urgente que los países donen fondos. Temen que la malnutrición se agrave si, como se prevé, la temporada de lluvias, que comienza en marzo, no trae agua.

Una mujer pide ayuda en Wajir, a unos 1.400 kilómetros al norte de Nairobi (Kenia).
Una mujer pide ayuda en Wajir, a unos 1.400 kilómetros al norte de Nairobi (Kenia).EFE

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

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