Japón aplaza la reforma para que las mujeres puedan reinar
Si la princesa Kiko tiene un varón se resolvería la crisis sucesoria
El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, rebajó ayer su intención de reformar la ley de sucesión al trono nipón, que desde 1947 sólo permite que lo ocupen los varones, tras anunciarse que la princesa Kiko, cuñada del príncipe heredero Naruhito, está embarazada, y que dará a luz en septiembre u octubre próximos. Si la princesa alumbra un niño, se acabará la crisis, pues quedaría garantizada la línea sucesoria.
La sucesión inmediata está garantizada pues al emperador Akihito, de 72 años, le sucedería, después de su muerte, su primogénito, el príncipe heredero Naruhito, esposo de la princesa Masako. Ambos son padres de la princesa Aiko, quien se convirtió en la novena mujer nacida en la familia imperial desde el príncipe Akishino, hace 40 años.
Su condición de mujer le impide ocupar el trono tras su padre, a quien le relevaría su hermano, el príncipe Akishino, casado con la princesa Kiko, encinta por primera vez desde que hace 11 años tuvo a la segunda de sus dos hijas.
Ahí acaba, de momento, la sucesión previsible, a menos que Kiko alumbre ahora a un varón, quien sería así el tercero en la línea sucesoria tras Akishino.
La noticia de un nuevo retoño se ha producido antes del debate sobre la sucesión imperial, por el que las mujeres tendrían los mismos derechos que los hombres, que se preveía celebrar antes de que acabe el actual periodo de sesiones del Parlamento, el próximo 18 de junio. En sus primeras declaraciones, el primer ministro Koizumi se mostró decidido a seguir adelante con el calendario de cambios dinásticos, porque la princesa Aiko tiene ya cuatro años, edad a la que suele comenzar la preparación de los herederos.
Sin embargo, a esas palabras siguieron otras ayer de muy distinto signo, cuando dijo que el proyecto de ley debe ser redactado y aprobado "de forma que satisfaga a todas las partes interesadas y cuando se haya debatido con cuidado". En cualquier caso, añadió, el Gobierno debe decidir aún si lo presenta.
Ésta es la primera vez que Koizumi ha mostrado dudas sobre la oportunidad de modificar la ley de sucesión. A ello ha contribuido el embarazo de la princesa Kiko y el aumento de los partidarios (como el primo del emperador, el príncipe Tomohito Mikasa) de mantener el statu quo mediante la adopción de un varón de alguna familia de la nobleza ligada por sangre con Akihito, o la restauración del sistema de concubinas imperiales, garante de que hubiera siempre un heredero varón.
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