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Reportaje:

Arquitecturas desde la cantera

El fotógrafo Aitor Ortiz recrea en la sala Este Baja del Artium unos imponentes 'Muros de luz'

La sala Este Baja del Artium se abre al visitante en una penumbra sobrecogedora, ideal para exhibir las enormes imágenes que conforman la exposición Muros de luz, de Aitor Ortiz. La pupila se tiene que adaptar a esa iluminación para poder contemplar unas arquitecturas casi sobrehumanas, solemnes, que surgen de una cantera de Markina y han sido posteriormente recreadas por el fotógrafo, Pero también nacen del propio espacio donde se han instalado las fotos, en un diálogo expresamente creado para el Artium. La exposición se puede visitar hasta el próximo 1 de mayo.

Se recupera así la relación que ya estableció hace cinco años el director del Artium, Javier González de Durana, con Aitor Ortiz (Bilbao, 1971), cuando programó con el fotógrafo vizcaíno su último proyecto al frente de la sala Rekalde. "Entonces, por circunstancias inevitables, no pude inaugurar aquella exposición. Ahora mantengo con creces mis consideraciones sobre la obra de Aitor Ortiz, que se caracteriza por la madurez del artista, por una sobriedad formal (que no es incompatible con las dimensiones espectaculares de las fotos) o por una narratividad contenida, entre otras virtudes", comentó ayer González de Durana durante la presentación de Muros de luz.

En las imágenes, los límites de las altas paredes verticales se pierden en la bruma

La obra de Aitor Ortiz tiene una intensa relación con la arquitectura, que no constituye sin embargo el centro de su interés sino solamente el punto de partida de su trabajo. En los últimos años, Ortiz ha creado fotografías de espacios arquitectónicos descontextualizados, ambiguos, desprovistos de referencias y escalas, y, aunque vagamente reconocibles, inventados al fin. Ortiz ha expuesto esas construcciones imaginarias en exposiciones individuales en Alemania, Suiza, Luxemburgo y Estados Unidos; y en España, en Barcelona, Madrid o Bilbao, entre otros lugares.

En Muros de luz, Ortiz da un paso más en su trayectoria y traslada el escenario de su creación no a un espacio estrictamente arquitectónico sino a otro, aparentemente natural, en el que la mano del hombre le confiere la cualidad de espacio construido: una monumental cantera de mármol situada en la localidad vizcaína de Markina. Las imágenes que sirven de soporte a la creación final de Ortiz presentan altas paredes verticales de piedra tosca, cuyos límites se difuminan en la bruma, desprovistas de elementos que aporten una sensación de escala.

Ortiz ha trabajado en este proyecto con la colaboración del arquitecto Josep Egea, en la búsqueda de esa arquitectura ficticia, producto de la luz y las sombras, que recrea espacios en ocasiones demasiado puros e inquietantes. González de Durana habló ayer de la solemnidad de estas representaciones, en las que los focos de luz "surgen del interior de la propia tierra".

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La exposición se acompaña de una sesión de Conversaciones con... Aitor Ortiz y un ciclo sobre cine y arquitectura, con filmes realizados en las tres primeras décadas del siglo XX: El gabinete del doctor Caligari, El fantasma de la Ópera o King Kong, entre otras. El ciclo se desarrolla los días 10, 11, 17 y 18 de febrero.

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