Los iraníes quieren poder nuclear
Buena parte de la población está de acuerdo con los objetivos del Gobierno, pero se muestra preocupada por el desenlace de la crisis
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, negó ayer que su país se encuentre aislado a causa de un programa nuclear al que, dijo, no va a renunciar "bajo ninguna condición". "Las potencias opresoras dicen que el Estado y el pueblo iraníes quieren aislarse, pero les digo que quienes van a aislarse son ellos", declaró. Muchos iraníes no están tan seguros y, aunque compartan el objetivo último de su Gobierno, empiezan a mostrar su preocupación por las eventuales consecuencias de una política que descarta cualquier solución de compromiso.
"Temo que todo esto pueda acabar en una guerra", confía Rudabeh Hamsei, poeta y presentadora de un popular programa de televisión. "Estoy de acuerdo en nuestro derecho a adquirir tecnología nuclear, pero también me preocupa qué vamos a hacer con ella. No está claro que nos vaya a beneficiar, igual que hasta ahora no nos hemos beneficiado de nuestros recursos naturales, como el petróleo o el gas".
¿La bomba? "¿Por qué no? La tienen Israel y Pakistán", argumentan muchos iraníes
Es una postura tan valiente como infrecuente de encontrar en este país ferozmente nacionalista. Alentados por una propaganda que ha convertido la tecnología nuclear en sinónimo de modernidad y desarrollo, la mayoría de los entrevistados insiste en el derecho de Irán a formar parte del club de países nucleares, sin siquiera diferenciar entre uso civil y militar.
¿La bomba? "¿Por qué no? También la tienen Israel y Pakistán", responde Reza, un estudiante de filología inglesa que ha hecho pellas y está tomando un refresco en una cafetería de la avenida Ghandi, en Teherán. Reza ni siquiera votó en las elecciones del pasado junio y no se muestra especialmente orgulloso de la imagen de su nuevo presidente.
Oficialmente, no hay brechas en el respaldo a la postura oficial. Sin embargo, desde los sectores reformistas se critica cómo se están llevando a cabo las negociaciones. "Las élites están muy enfadadas", asegura Mohamed Jalaiepour, uno de los más conocidos ideólogos del reformismo. "Jatamí también defendió nuestro programa nuclear, pero intentó crear confianza y mostró una política exterior pacífica. Ahmadineyad, por el contrario, ha adoptado una línea de enfrentamiento muy peligrosa para nuestro país".
Este profesor universitario, y editor de numerosos periódicos cerrados por los conservadores, no teme un ataque militar, pero admite que "las sanciones serían muy dañinas". "Hemos pasado muchas privaciones con la revolución y la guerra; necesitamos elevar el nivel de vida de la población y si eso no sucede, la gente de la calle también terminará por rechazar a Ahmadineyad", asegura. "Aunque tenemos derecho a la tecnología nuclear, este país tiene asuntos más urgentes como el paro o la drogadicción", defiende, "y en cualquier caso está claro que no vamos a lograrlo por la fuerza, debemos seguir la vía japonesa".
Pero incluso entre los conservadores parecen existir diferencias. No todos ven el programa nuclear como una parte integral de la estrategia militar y de seguridad, como es el caso de los ultraconservadores que rodean a Ahmadineyad. Los etiquetados como pragmáticos, que representa el ex presidente Alí Akbar Hachemí Rafsanyaní, consideran que se han invertido demasiados recursos en el programa nuclear como para abandonarlo por las buenas. Sin embargo, admiten los riesgos de desconfianza y proliferación en la zona, y están dispuestos a pactar. De ahí que favorezcan un "súper acuerdo", en el que Irán reciba importantes concesiones económicas y políticas a cambio de su renuncia. Pero de momento, no están en el poder.
Estas diferencias también se reflejan en la prensa. Los editoriales de los periódicos más conservadores respaldan el desafío de Ahmadineyad e incluso, en el caso de Yomhuri-ye Islami o Keyhan, han pedido la retirada del Tratado de No Proliferación. Sin embargo, el reformista Etemad considera que la política actual ha caído "en la trampa de los eslóganes". El diario en inglés Iran News pide prudencia y recuerda que "el enfrentamiento no es la respuesta y llevará a una situación en la que todos saldrán perdiendo".
"Sí, sí, hemos gastado mucho, pero todavía no nos sentimos seguros. Tenemos que ser capaces de defendernos por nosotros mismos y tener armas nucleares es una forma de hacerlo", defiende el ingeniero Mohebbi. Pero incluso quienes se muestran indiferentes con el debate, no quieren ser humillados. "Los americanos y los europeos no pueden seguir tratándonos como los parias del mundo", se duele Ahmad, un estudiante de doctorado que sólo piensa en sus estudios. "Después de ver lo que ha pasado en Irak, nadie puede confiar en una solución por la fuerza", concluye Rudabeh, la poeta.
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