_
_
_
_
EL DESAFÍO IRANÍ

El Baradei afirma que el problema nuclear con Irán ha entrado en una fase crítica

El organismo de la ONU vota hoy el envío de los planes de Teherán al Consejo de Seguridad

El traslado de los planes nucleares de Irán al Consejo de Seguridad de la ONU no va a ser fácil ni rápido. La Junta de Gobernadores del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), integrada por 35 países, aplazó ayer cualquier decisión sobre la propuesta presentada en tal sentido por el Reino Unido, Francia y Alemania más la UE con la intención de presionar a Teherán para que cumpla con sus obligaciones internacionales. La resolución contaba con el apoyo, fraguado en Londres el pasado lunes, de Estados Unidos, Rusia y China.

Más información
El OIEA aplaza hasta mañana el envío de los planes nucleares de Irán al Consejo de Seguridad
La resurrección de los No Alineados
El guardián de la ortodoxia atómica

El compás de espera abierto quedó fielmente reflejado en las palabras del director general del OIEA, Mohamed el Baradei, cuando dijo: "Estamos entrando en una fase crítica, pero ésta no es una situación de crisis. Irán tiene aún una ventana de oportunidad para poner en pie medidas de confianza". Esa ventana de oportunidad -frase que repitió hasta tres veces- para reanudar las negociaciones con los europeos tiene un mes de plazo, hasta el 6 de marzo, cuando El Baradei presente un informe detallado sobre si Irán está desarrollando o no un programa para fabricar armas atómicas.

El director general del OIEA y premio Nobel de la Paz subrayó su compromiso personal para que se continuara la vía de la negociación y la necesidad de encontrar "un equilibrio entre el derecho de Irán a disponer de energía nuclear con propósitos civiles (como establece el artículo IV del Tratado de No Proliferación Nuclear) y la confianza de la comunidad internacional" en que el régimen de los ayatolás no tiene intención de hacerse con la bomba atómica. En este sentido, El Baradei calificó de "atractiva" la propuesta de Moscú de realizar en territorio ruso uno de los procesos clave para comprobar las verdaderas intenciones de Teherán -el enriquecimiento de uranio- y transportarlo después a Irán para dedicarlo a fines industriales civiles. La oferta rusa, que es muy bien vista por varios países como una fórmula para desactivar la crisis, fue ampliada hace unos días por el presidente ruso, Vladímir Putin, quien propuso, basándose en una vieja idea del propio El Baradei, crear una red de bancos de combustible nuclear accesibles a todos los países interesados en desarrollar energía atómica con fines pacíficos.

Sea como fuere, y pese a no ser votada como se esperaba, la resolución redactada por la troika europea contaba ayer con el apoyo de una mayoría de países dentro de la Junta de Gobernadores del OIEA. En dicha resolución, los europeos, en síntesis, exigen a Irán:

-"Restablecer de forma plena y permanente la suspensión de todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento (de uranio) y de reprocesamiento, incluyendo las de investigación y desarrollo, lo que deberá ser verificado por el OIEA".

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

-"Reconsiderar la construcción de un reactor de investigación de agua pesada".

-"Ratificar el Protocolo Adicional (fórmula que permite las inspecciones por sorpresa de los expertos del OIEA a las instalaciones nucleares)".

-"Aplicar medidas de transparencia que incluyan el acceso a individuos, documentación, equipos, talleres, etcétera".

Además, la resolución encarga a El Baradei que "informe" al Consejo de Seguridad sobre estos pasos exigidos a Teherán y no hace ninguna mención a una futurible imposición de sanciones por parte de la ONU. Esta ausencia fue condición necesaria, señalan fuentes diplomáticas europeas, para que EE UU y Europa contaran con el respaldo de Rusia y China, países que mantienen espléndidas relaciones económicas con Irán. Pekín, por ejemplo, recibe del país islámico el 11% de sus importaciones petroleras y Moscú ha invertido 800 millones de dólares en la construcción de la central atómica de Bushehr, al sur de Irán. Tanto el representante ruso como el chino ante el OIEA mantuvieron ayer un tibio respaldo al texto europeo.

El embajador alemán ante el OIEA, que intervino en representación de la troika comunitaria, recalcó que el contencioso "no es un conflicto entre Irán y Europa, sino entre Irán y la comunidad internacional", que "no se trata de transferir la responsabilidad del OIEA al Consejo de Seguridad" y que no supone "el abandono de los esfuerzos diplomáticos". Sin embargo, a nadie se le escapa que si finalmente se aprueba la resolución europea, se implica en la crisis al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que tiene su propia mecánica diplomática. Como dijo el representante de EE UU, "llevando el caso iraní al Consejo de Seguridad incrementaremos las herramientas diplomáticas a disposición de la comunidad internacional".

La preocupación de Washington por la cuestión iraní es patente. Ayer, en su primera comparecencia pública desde que fue nombrado coordinador de los 15 organismos de inteligencia y espionaje, John Negroponte dijo en el Senado que la preocupación de seguridad número uno para el Gobierno estadounidense es Al Qaeda, y que el desarrollo del programa nuclear de Irán y la capacidad de Corea del Norte son motivo "de la más alta preocupación", informa José Manuel Calvo.

Mohamed el Baredei, durante la conferencia de prensa que ofreció ayer en Viena.
Mohamed el Baredei, durante la conferencia de prensa que ofreció ayer en Viena.ASSOCIATED PRESS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_