El guirigay de los Goya
Fiasco, coñazo, escarnio, crimen aburrido, reflejo risible de un mal de Occidente, monsergas patrioteras y corporativistas, han de-goyado nuestro cine, que haya dimisiones en la Academia, que se supriman los premios Goya de una vez... son expresiones aparecidas en la prensa de estos días en alusión a la última gala del cine español. Por si fuera poco, Méndez-Leite, su director, se quejó en la SER de las dificultades de entendimiento que había tenido con TVE, de que se había topado con "un muro", de que le habían ocultado el número de cortes publicitarios, de que no pudo haber ensayo general, y de que los galardonados no le hicieron caso en cuanto a ser breves en sus agradecimientos... Hubo réplica de TVE rechazando algunas de sus afirmaciones y llamándole imprudente.
Veteranos profesionales del cine opinan ahora que las galas debían encargarse a equipos de televisión o a productoras privadas, que no las hagan, en fin, las gentes del cine. Menos mal que David Trueba intervino en un coloquio de TVE precisando que las galas de la Academia de la tele suelen ser aún más caóticas; basta con recordar la última.
Hay no premiados la noche del domingo (que no perdedores) que aprovechan el río revuelto para sugerir maniobras misteriosas en la miniindustria del cine, acusando en abstracto a unos y otros sin aceptar el resultado de la extraña lotería que decide los premios. Finalmente, como nota de humor, hay chirigotas sobre el disparatado vestido que lució esa noche la ministra Carmen Calvo, que a su vez se ha defendido precisando que su cuerpo es suyo y que con ese diseño se encontraba muy cómoda: ítem más, que piensa vestirse siempre con diseños españoles y por orden alfabético, de ahí que Ágatha Ruiz de la Prada haya sido la primera en caer. Estamos ante un nuevo guirigay del cine español en el que nadie parece aceptar críticas. Si nos pusiéramos a hacer memoria nos pondríamos de acuerdo en que ésta no ha sido la peor de las galas que hemos visto/sufrido a lo largo de dos décadas... aunque bien lejos haya estado de ser la más amena.
No todo son trifulcas. Sin aspavientos ni polémicas, el músico Alberto Iglesias ha sido nominado a los próximos oscars por su composición para El jardinero fiel. Compite con otros grandes finalistas y sin embargo ahí está el hombre modestamente recluido en su estudio sin decir una palabra más alta que otra, componiendo buena música para buenas películas. Pronto le oiremos en Volver, la última de Almodóvar, y si el próximo año le dan el Goya, será breve en su discurso de agradecimiento y se irá pronto a casa para seguir trabajando. Las gentes del cine español también nos dan sosiego y alegrías. Especialmente calladitos. Suelen ser mejores haciendo películas que declaraciones... y galas.
Babelia
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