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La línea de FGC de Sarrià conectará con la de Sant Gervasi en la plaza de Molina

Las obras de acceso recuperarán el edículo de la década de 1920

Las dos líneas de Ferrocarrils de la Generalitat que pasan por la plaza de Molina, en Barcelona, y que ahora están incomunicadas entre sí dejarán de estarlo dentro de dos años. La empresa pública GISA adjudicó ayer la construcción de una conexión entre ambas con un plazo de ejecución de 23 meses. Las obras incluyen la recuperación de las formas originales del edículo de la década de 1920 que se halla en la superficie de la plaza.

La plaza de Molina se halla en la confluencia de la Via Augusta con la calle de Balmes. Allí confluyen las dos líneas urbanas de Ferrocarrils de la Generalitat (la de Sarrià y la de Sant Gervasi) con las del Vallès. Pero, por avatares de la historia, no hay conexión entre ellas, una situación que cambiará en dos años, si se cumplen los plazos de la adjudicación, hecha ayer por GISA. Las obras tienen un presupuesto de 7,8 millones de euros.

Una vez terminadas las obras, quedarán interconectadas las estaciones de la plaza de Molina y de Sant Gervasi y con acceso en todo el circuito para personas con movilidad reducida. Para ello se instalarán cinco nuevos ascensores y se sustituirá el acceso de Balmes por unas escaleras mecánicas. La ampliación de este acceso es la que permitirá la conexión de las dos estaciones en un mismo vestíbulo desde el que el usuario podrá optar por cualquiera de las dos líneas.

Al mismo tiempo, se procederá a ampliar la longitud de los andenes de la estación de Sant Gervasi hasta los 80 metros. El objetivo es permitir que puedan parar en ella los convoyes de cuatro vagones, que ahora tienen que pasar de largo. Con ello, según el Departamento de Política Territorial, se adapta la oferta al incremento de demanda que se ha producido en esta estación.

Finalmente, las obras se aprovecharán para rehabilitar el edículo que se halla en la superficie de la plaza y que da acceso ahora a la estación. Este edificio, construido en la década de 1920, es el único de su estilo que queda en Barcelona. La recuperación afectará a los colores y las formas originales, modificados en actuaciones posteriores en las que se añadieron pinturas y cerámicas.

GISA adjudicó ayer otras obras, por un importe global de 41,8 millones de euros. Entre ellas, se halla la construcción de la nueva sede de Ferrocarrils de la Generalitat (17,8 millones de euros) en los antiguos talleres de Sarrià de la propia empresa. En Martorell se acometerá el cierre de andenes y se mejorará la accesibilidad de la estación de Martorell-Vila (3,7 millones de euros), así como otras obras en Olesa, Abrera, Pallejà y en la estación de Mirasol, en Sant Cugat.

En materia de carreteras, GISA adjudicó las obras para una nueva vía entre Amposta y Freginals por un importe de 4,7 millones de euros y la ampliación de la N-260 entre Palau-saverdera y Vilajuïga (Alt Empordà) por 4,1 millones.

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