Archivadas sin acusación las investigaciones sobre los incendios que arrasaron 1.400 hectáreas en Navarra
Un total de 1.400 hectáreas de terreno forestal, 405 de ellas arboladas, ardieron en Navarra en 2005. La mano del hombre estuvo en el origen de los cuatro principales fuegos arrasaron áreas de enorme valor medioambiental. Las investigaciones policiales y judiciales han sido archivadas ante la imposibilidad de identificar a los autores.
Quemar el bosque sigue siendo un grave delito que queda sin castigo. En la tarde del 14 de agosto el monte Aurino ardió entre Galipienzo y Ujué. Resultaron calcinadas 252 hectáreas. El Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil no tuvo dudas: "Existen rencillas desde hace varios años entre los cazadores del coto de Gallipienzo y los adjudicatarios de Ujué, Lerga y Cáseda, que son los que lindan con el coto inmerso en el monte objeto del incendio", según su atestado. La Guardia Civil interrogó a algunos cazadores, escuchó acusaciones cruzadas entre ellos y no dudó en apuntar a la mano del hombre como causante del fuego, aunque no pudo determinar la autoría de ninguno de ellos. El juzgado de Aoiz archivó las diligencias y la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Navarra confirmó el archivo.
El 3 de septiembre ardió un monte en Guirguillano y Arguiñariz. Fueron destruidas 262 hectáreas. Las llamas se iniciaron junto a una pista forestal en un momento, las 16.00, en el que no había tormenta alguna que pudiera original el fuego por causas naturales. La electricidad no tuvo ninguna influencia, según el Seprona. Nuevamente la sospecha de la acción humana con un móvil en este caso aparentemente inexistente, según el atestado. La investigación fue archivada en el juzgado de Estella.
El 1 de agosto quedó controlado otro gran incendio, ocurrido en el Carrascal, quince kilómetros al sur de Pamplona. Ardieron más de 110 hectáreas. Testigos presenciales señalaron que en el momento de su inicio varios operarios trabajaban con diversa maquinaria en un parque eólico cercano. La investigación no pudo determinar las causas. Dos días después, el 3 de agosto, otro fuego provocado calcinó 145 hectáreas de valiosa masa forestal en el monte Ezkaba, el pulmón verde de Pamplona. Una brigada de las patrullas ecológicas de la Policía foral descubrió una colilla junto a los campos de rastrojo de Unzu donde se originó el fuego, al borde de una carretera. De nuevo la investigación no pudo aclarar la autoría. Se acaba de decretar el archivo judicial del caso.
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