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Morales proclama el fin del Estado colonial tras jurar puño en alto

"Vamos a terminar con 500 años de injusticia", prometió el presidente boliviano

Jorge Marirrodriga

Con el puño izquierdo levantado y la mano derecha en el corazón, Evo Morales juró ayer el cargo de presidente de Bolivia. El nuevo mandatario anunció que trabajará para "acabar con el Estado colonial". "Vamos a cambiar la historia, a terminar con 500 años de injusticia contra nuestro pueblo", dijo. Mientras en las calles miles de personas festejaban el cambio en la jefatura, Morales pronunció un duro discurso contra la clase política y los ex presidentes presentes en el Parlamento boliviano. Morales anunció que el Estado tomará el control de los recursos naturales, empezando por el agua.

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Vestido con un traje negro de alpaca con remates marrones, camisa blanca y sin corbata, el "ciudadano Juan Evo Morales Aima" respondió con un "sí, juro" a la pregunta planteada por su vicepresidente, Álvaro García Linera: "¿Jura usted por Dios o por la creencia o convicción que profesa?". Acto seguido, pidió un minuto de silencio por los líderes indígenas como Marco Inca o Tupac Amaru, y otros como el Che Guevara. Luego, con el collar que utilizara Simón Bolivar al cuello, Morales subrayó que el latifundio "es anticonstitucional", aseguró que en la actualidad Bolivia "es como Suráfrica", y echó en cara a los "señores ex presidentes" que le hubieran marginado en el pasado y criticó a la Corte Electoral por haber depurado el padrón, acción supervisada en su momento por observadores internacionales. También denunció el "terrorismo mediático" de los medios de comunicación, especialmente de "algunas mujeres periodistas".

Más de cien mil personas, en su mayoría indígenas ataviados con sus trajes de gala, tomaron ayer las plazas del centro de la capital boliviana para celebrar la llegada de Morales a la presidencia de la República. En numerosos lugares en plena calle se celebraban ritos de agradecimiento a la tierra y a las deidades aimaras por la victoria de Morales. Otros hacían sonar cuernos rituales mientras se producía el juramento. La canción Uka jacha uru jutasjiway (El gran día ha llegado) era entonada en diversos momentos por la multitud.

"¿Qué han hecho los gobernantes?", se preguntaba Morales, y acusó a los anteriores Ejecutivos bolivianos de "poner la plata [dinero] en Estados Unidos o en Suiza, en vez de invertirla en su país". El tono de Morales se endurecía y en un momento determinado interrumpió su discurso para recriminar a un senador que se estaba adormilando. La Cámara, con mayoría de su partido el Movimiento Al Socialismo (MAS), aplaudió el gesto.

Minutos antes, el nuevo vicepresidente, el sociólogo Álvaro García Linera, se había saltado el protocolo para dirigir una advertencia al Parlamento. "Bolivia está viviendo uno de los momentos más dramáticos de su historia. Crisis de Estado, derrumbamiento del sistema de partidos tradicionales. El empeoramiento de la economía nos ha convertido en un Estado patéticamente dependiente de poderes extranjeros". García Linera propuso acabar con "las estructuras coloniales racistas de dominación".

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Presencia chilena

En el balcón del Parlamento ondeaba ayer la bandera indígena, la whipala, junto a la tricolor boliviana. En la plaza, entre miles de personas que aclamaban a Morales también ondeaban las enseñas de las 10 provincias bolivianas, los nueve que forman el actual Estado más el departamento de Litoral, perdido en la guerra del Pacífico, librada con Chile entre 1879 y 1883.

La llegada del presidente chileno, Ricardo Lagos, levantó una gran expectación y estuvo cargada de símbolos. Y eso que empezó con el pie izquierdo. El avión de la Fuerza Aérea chilena que trasladó a Lagos a La Paz colocó en su exterior una bandera boliviana nada más tocar tierra... pero la bandera estaba al revés. Lagos no pasó revista a las tropas, aunque inmediatamente se trasladó al domicilio particular de Morales, con quien mantuvo una reunión que no estaba programada. "Hemos hablado de todos los temas", dijo a la salida.

En silencio desde la tribuna de invitados todos los presidentes de Suramérica -un hecho sin precedentes en Bolivia- escuchaban las palabras de Morales. En representación de España acudió el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón. "Que sepa la comunidad internacional que el poder de la conciencia ganó sobre el poder de la prebenda las elecciones presidenciales", subrayó Morales, quien explicó que el enviado de Estados Unidos a la ceremonia, el susbcretario de Estado para el hemisferio Occidental, Thomas Shanon, le había visitado el sábado y le había hablado de la necesidad de profundizar en las relaciones entre ambos países.

"Hay que acabar con el Estado neoliberal", añadió Morales. También tuvo palabras contra los diputados que le habían expulsado del Parlamento. "No se preocupen que no va a haber venganza", dijo. Finalmente, el flamante presidente boliviano anunció la convocatoria, para el 6 de agosto, de una Asamblea Constituyente, un referéndum sobre las automías y la "segunda independencia" de Bolivia.

Evo Morales, frente a los miembros de la Mesa del Parlamento, jura su cargo con el puño izquierdo en alto.
Evo Morales, frente a los miembros de la Mesa del Parlamento, jura su cargo con el puño izquierdo en alto.AP

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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