El que no se mueve no sale en la foto

"La última foto de Zapatero con Mas es del pasado 10 de septiembre de 2004", aseguraban ayer desde Convergència i Unió. En Esquerra Republicana la memoria fotográfica tampoco flojea. Desde ERC recordaban ayer cómo la aprobación del Estatuto en el Parlamento catalán -en septiembre de 2005- tuvo la imagen de Pasqual Maragall con Artur Mas, algo que no desean que vuelva a reeditarse ahora en La Moncloa. Así que cada fuerza política tendrá su fotografía con el presidente del Gobierno: hoy, las cámaras tendrán ocasión de inmortalizar a Mas con Zapatero; mañana, a Josep Lluís Carod con el presidente; el miércoles, será el turno del ecosocialista Joan Saura y el jueves cerrará la ronda el presidente de la Generalitat.

Habrá, pues, fotos para todos, pero en la foto finish política es CiU quien saca algunas cabezas de ventaja sobre sus adversarios políticos. Todo encaja, según fuentes del tripartito, con la lógica de lograr un Estatuto lo más consensuado posible y, paralelamente, es un principio de justicia distributiva: se trata de resarcir a CiU de su papel más limitado, como partido de oposición, en el reparto de los réditos políticos por la aprobación del Estatuto.

"La aprobación de la reforma estatutaria la capitalizaremos nosotros", aseguraba anoche una alta fuente del Gobierno catalán. En realidad, fotografías y reuniones son la escenificación mediática de negociaciones fraguadas durante meses. El sistema de financiación que CiU se avino a pactar el sábado por la noche se acercaba más a la primera fórmula barajada por el tripartito -excepto en lo que al impuesto de sociedades se refiere- y que los convergentes consideraron en su momento inaceptable, que al concierto postulado por éstos. El consejero de Economía, Antoni Castells, mantuvo un total de ocho reuniones con el vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, y con el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, desde el pasado 30 de septiembre. Concluyeron de forma "muy satisfactoria" el 9 de enero, aseguran fuentes conocedoras de los encuentros. De hecho, los ocho puntos avanzados hace unos días por Castells coinciden casi en su práctica totalidad con lo rubricado entre Zapatero y Mas. Pero el primer gran titular del acuerdo se lo llevó Mas tras su reunión del sábado, lo que hoy tendrá su remate fotográfico.

El protagonismo de CiU no es una cuestión baladí en unos momentos en que la federación nacionalista baraja con insistencia una convocatoria anticipada de elecciones para aprovechar el impulso de la ola mediática, a juicio de diversas fuentes tanto convergentes como del tripartito.

Y si Esquerra ve con inquietud cómo crece su competencia política en el terreno nacionalista -lo que le lleva a hablar incluso de "acuerdo precipitado" entre CiU y PSOE y a desmarcarse de él-, el PSC tampoco ve con entusiasmo cómo no ceja la presión de CiU como eterna competencia para la presidencia de la Generalitat.

CiU ha tomado alguna cabeza de ventaja y -aseguran fuentes de Esquerra- si los convergentes obtuvieran un diputado más que el PSC en las próximas elecciones autonómicas -lo que hasta ahora y a lo largo de 26 años no ha dejado de suceder-, para los socialistas catalanes "resultaría más que difícil" negarse a formar coalición para la Generalitat con sus eternos rivales. En las fotos de esta semana, aseguran, está pues también parte del futuro del Gobierno tripartito catalán.