El estanque dorado de Europa

Rojales, en el prelitoral sur de Alicante, un pueblo que hace diez años subsistía de los productos hortofrutícolas regados por las escasas aguas del Segura, ha devenido en el estanque dorado de la Europa más rica. El pueblo encabeza hoy la lista de municipios españoles con mayoría extranjera (12.263 de los 17.523 censados a día de ayer). La colonia foránea cuenta con representantes de 62 nacionalidades, con profusión de jubilados de la Unión Europea, y, entre ellos, los británicos, con 6.000 empadronados.

Los extranjeros, instalados en la antigua zona de huerta, cuyas edificaciones -viviendas unifamiliares- invaden ya el 50% del término, se muestran satisfechos con el trato de la población autóctona, aunque reclaman más servicios y seguridad. El Ayuntamiento, gobernado por el PSOE, destina el 60% de la inversión a la zona foránea y, consciente de que la comunicación es el primer obstáculo para la integración, ha abierto una escuela de español.

El colectivo foráneo, fiel a sus señas de identidad, reclama más servicios y seguridad

El 70% del censo de Rojales (Alicante) es extranjero, la mayoría jubilados británicos

"Hemos venido por sol y el ambiente", afirmaban ayer, minutos antes de entrar a la escuela municipal de español, Henry Palmer y su esposa Joyce, un matrimonio de jubilados ingleses. "¿Problemas?, no muchos, quizás el asfaltado de las calles, el alcantarillado y la inseguridad", comentó Joyce.

El embrión extranjero de Rojales surgió a principios de los ochenta en torno a la urbanización Ciudad Quesada, junto a la la Laguna de La Mata de Torrevieja. Allí recalaron matrimonios de jubilados de la Unión Europea, sobre todo de Inglaterra, Suiza, Holanda, Alemania, Suecia y Noruega, cuyo poder adquisitivo (unos ingresos medios de 4.000 euros mensuales) les permitía acceder a los chalés, con precios de hasta 450.000 euros.

El vuelco en el padrón municipal en favor de los extranjeros en Rojales se produjo en el último lustro. Éstos optan por el enclave de Ciudad Quesada, que año a año, va ocupando más kilómetros de término, en este caso mediante otra oferta inmobiliaria más barata, los bungalós, ante la saturación del primer destino extranjero de este tramo del litoral mediterráneo: Torrevieja, con casi el 45% de su población también foránea.

Rojales y otros municipios de la zona, como San Fulgencio, retomaron el modelo de desarrollo urbano horizontal. El aforo de viviendas de Ciudad Quesada -12.000 casas- triplica al del casco urbano de Rojales.

Los extranjeros se resisten en Rojales a perder sus señas de identidad. Así, los suizos tienen su club; los suecos, el suyo; los noruegos, hasta su propia escuela; y los ingleses han reproducido la asociación netamente británica Vecinos Cooperando (entidad que colabora con la policía para combatir la actividad delictiva). No hay ningún concejal extranjero ni formación política impulsada por foráneos, en Rojales o en Torrevieja.

Los extranjeros han acentuado sus reivindicaciones, sobre todo en materia de servicios y dotaciones en las urbanizaciones y seguridad. "Cada día hay más robos", afirmó Isabel Lobato, de la asociación Vecinos Cooperando.

El gobierno de Rojales, presidido por Antonio Pérez, consciente del peso de la población foránea, ha apostado por la mejora de los servicios y dotaciones de las urbanizaciones y anuncia el fin del negocio inmobiliario: "No queremos agotar el suelo urbano", afirmó. "El objetivo", añadió, "es reordenar lo construido; el año pasado tuvimos que poner nombre a 200 calles".