Merkel sorprende a los alemanes al apoyar políticas de izquierda

Con un Gobierno presidido por la democristiana Angela Merkel, Alemania vive un giro hacia terrenos tradicionales de la socialdemocracia que nadie creía posible hace un año. El último lo dio ayer la ministra de Familia, la democristiana y madre de siete hijos Ursula von der Leyen, que en un artículo en el Bild am Sonntag pidió a ayuntamientos y länder (Estados Federados), responsables de las guarderías, que las hagan gratuitas.

No es la primera sorpresa de este Gobierno, de gran coalición entre socialdemócratas y democristianos. La semana pasada, Angela Merkel pedía un debate sobre la posible subvención del empleo precario para hacerlo más atractivo, y lo vinculaba a la eventual introducción de un salario mínimo, inexistente en Alemania.

Hace nueve meses, el mero concepto del salario mínimo provocaba urticaria en los democristianos. Hoy, Merkel no sólo pide que se plantee, sino que ofrece a los padres un sueldo adicional para compensar la pérdida de poder adquisitivo si uno de ellos abandona su trabajo por un año para cuidar del recién nacido. Von der Leyen llegó a proponer que sólo se pudiera disfrutar de este sueldo -un 67% del último salario neto- si era el padre quien dejaba de trabajar al menos dos meses.

La canciller protestante educada en la antigua República Democrática de Alemania (RDA) ha traído una renovación ideológica al partido que no se vislumbraba antes de las elecciones. La CDU defiende una "nueva justicia" social, mientras el SPD reclama para sí sus tradicionales estandartes, desconcertado ante la transformación de Merkel, que en menos de dos meses desde su toma de posesión ya es la política más popular de Alemania.

Cada día se descubren datos que demuestran que el Gobierno de Gerhard Schröder ayudó activamente a EE UU en la guerra de Irak, tras ganar unas elecciones gracias a su postura antibélica. Mientras, Merkel se ha atrevido a criticar los métodos norteamericanos en la lucha contra el terrorismo. En su viaje a Moscú hoy, la canciller criticará la actuación del Gobierno ruso en la crisis del gas y en Chechenia, y se reunirá con disidentes, según el Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung.