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Tres niños angoleños mutilados por minas reciben prótesis en Barcelona para volver a andar

La Fundación Pax promueve la iniciativa con el hospital de Sant Pau y La Caixa

Se llaman Luciana, Romeo y Cassinda, son de Angola y han viajado a Barcelona con una ilusión: volver a caminar. La Fundación Pax, conjuntamente con el hospital de Sant Pau de Barcelona y la Obra Social de La Caixa, ha permitido que estos tres niños tengan una oportunidad para minimizar las secuelas que les han dejado en las piernas las minas antipersona. Luciana, de 13 años, y Romeo, de 10, ya han empezado a andar de nuevo. La más pequeña, Cassinda, de seis años, tiene secuelas más complejas y tardará un poco más en caminar.

Los tres niños viven en los barrios periféricos de la capital del Angola, Luanda. Jugando, tropezaron con una mina. El país vivió 30 años de guerra civil que dejaron minado el territorio. En Angola "los mutilados forman parte de la normalidad, no extrañan a nadie", describe Carles Pursals, de la Fundación Pax, la promotora de esta iniciativa con el hospital de la Santa Creu i Sant Pau y la Obra Social de La Caixa.

Se calcula que en Angola hay una mina por cada dos habitantes. La paz ya llegó al país, pero el peligro de las minas continúa, ya que se mantienen activas hasta 50 años después de haber sido colocadas. En todo el planeta, cada 20 minutos muere una persona por pisar una mina, y el 23% de estas víctimas mortales son niños. "Las minas ya están concebidas para lograr reventar un miembro de quien las pise", dice Pursals.

"Podrán incluso correr"

Luciana, Romeo y Cassinda llegaron a Barcelona a finales de octubre de 2005. Los médicos creen que los dos primeros podrán regresar a Angola a finales de enero. "Podrán hacer lo mismo que un niño de su edad, incluso correr distancias moderadas", explica el cirujano y traumatólogo Joan Majó. Eso sí, siempre deberán tener cuidado de "no sobrecargar demasiado las articulaciones".

La más pequeña del grupo, Cassinda, de seis años, tendrá que pasar unas semanas más en el hospital de Sant Pau. Según el doctor Majó, "se trata de un caso muy difícil, porque la mina le amputó el fémur de la pierna derecha y le lesionó la izquierda", y no puede apoyar bien la planta del pie. "Primero hemos operado la pierna que conserva, y hasta que esté recuperada no le pondremos la prótesis en la otra", detalla el cirujano. Cassinda perdió una pierna justo cuando empezaba a caminar. Tenía dos años.

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"Los niños son observadores por naturaleza y volver a aprender a caminar es relativamente fácil para ellos", explica su fisioterapeuta, Rosa Serra. "Son unos muchachos muy alegres, con muchas ganas de volver a caminar, correr, saltar y bailar", señala Serra. "Ahora tienen que retomar la marcha. Ya sabían andar, pero una mina se cruzó en su camino", agrega. La fisioterapeuta explica que estos niños regresarán a su país con un informe muy detallado sobre el tratamiento que tienen que seguir allí.

Luciana, Cassinda y Romeo forman parte de la segunda tanda de niños angoleños que han viajado a Barcelona para recibir una prótesis y volver a andar. El año pasado por las mismas fechas viajaron por vez primera otros tres chavales angoleños: Augusto, de 15 años; Virgilo, de 10, y Albino, de 8. "Hoy andan perfectamente sin muletas ni sillas de ruedas", explica Juan Alberto Valls-Jové, presidente de la Fundación Pax, que considera que esta iniciativa consigue "devolver a los niños el derecho a caminar y también el de sonreír".

El trabajo de la Fundación Pax no acabará aquí. Sus responsable aseguran que continuarán viajando a Barcelona más niños con el objetivo de que reciban el tratamiento que precisen para borrar las huellas de las minas. Y no sólo llegarán de Angola, sino de otros países, como Camboya, Colombia y Afganistán.

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