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Un grupo armado secuestra a una periodista estadounidense en Irak

La periodista estadounidense Gill Kelly, enviada especial del diario The Christian Science Monitor, fue secuestrada ayer en Bagdad cuando se dirigía a una cita con un líder suní. El suceso tuvo lugar en el barrio de Adel, cerca de la mezquita de Malik bin Anas, al oeste de la capital.

Unos desconocidos bloquearon el paso del coche, mataron al chófer y la forzaron a entrar en un automóvil. Según Reporteros Sin Fronteras (RSF), el fallecido es Alim Ghazi Jack, un cristiano iraquí que hacía también la función de intérprete. Nada más conocerse la noticia, fuerzas norteamericanas e iraquíes acordonaron la zona.

Tras la caída de Sadam Husein después de la invasión estadounidense, miles de civiles iraquíes han sido secuestrados por diferentes grupos, la mayoría simples bandas criminales dedicadas a la extorsión. El número de occidentales afectados por este tipo de delito es de 200, de los que 50 perdieron la vida. Los primeros casos, ocurridos en 2003, fueron especialmente sanguinarios: los secuestradores rebanaban el cuello de sus víctimas mientras que grababan la escena en vídeo casero. Esas filmaciones, emitidas con recortes por televisiones árabes por satélite, se convirtieron en una poderosa arma para aterrorizar a los contratistas y extranjeros que trabajan en Irak.

El año 2005, tras el caso de la periodista francesa Florence Aubemas (cuatro meses secuestrada), fue relativamente tranquilo, pero en las últimas semanas se reanudaron las acciones: cuatro pacifistas cristianos y un ingeniero francés están en manos de algún grupo desde el 26 de noviembre.

La reportera estadounidense es la 31ª periodista secuestrada en Irak desde el final de la guerra. Los casos más trágicos fueron los del italiano Enzo Baldoni, que trabajaba para el semanario Diario, y del periodista free lance (sin un medio concreto) estadounidense Steven Vincent, que fueron asesinados por sus captores. También han perdido la vida 56 periodistas iraquíes, según RSF, organización internacional dedicada a la defensa de los informadores y del derecho a la información en el mundo.

¿Rehén-espía?

Por otra parte, la ex rehén alemana Susanne Osthoff, liberada el 18 de diciembre tras permanecer secuestrada tres semanas, trabajó en Irak hasta mayo de 2005 "ocasionalmente" para los servicios secretos alemanes en el exterior (BND), según informó ayer en primera página Die Welt. El diario asegura que Osthoff recibió "pequeñas cantidades de dinero" (3.000 euros en total) por las informaciones que proporcionó sobre la situación en Irak, donde llevó ayuda humanitaria.

Agentes de los servicios secretos alemanes habrían ayudado en varias ocasiones a Osthoff, según confirmó la propia secuestrada. La colaboración entre Osthoff y el BND se habría interrumpido, según Die Welt, en mayo de 2005. Otro diario, Berliner Zeitung, se pregunta si el Gobierno de Angela Merkel pagó cinco millones de dólares para obtener la liberación de la arqueóloga. Osthoff insinuó en una entrevista al semanario Stern que el Gobierno pagó, lo que irritó al Ejecutivo porque contradice la versión oficial de que Berlín no cede al chantaje de los secuestradores.Algunos medios aseguran que Osthoff tenía contactos con el régimen de Sadam Husein y han insinuado que ella puede haber estado implicada en su propio secuestro.

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