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Sharon sufre un infarto cerebral "muy grave" y se ve obligado a ceder el poder

Incertidumbre sobre el futuro político del primer ministro israelí tras una hemorragia masiva

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, de 77 años, fue intervenido ayer de urgencia en el quirófano del hospital Hadassa de Jerusalén tras sufrir una hemorragia cerebral masiva, mucho más grave que el leve infarto que tuvo el pasado 18 de diciembre. Con un semblante triste y solemne, el secretario del Gobierno, Israel Maimón, anunció que, tras hablar con Sharon y con el asesor fiscal del Ejecutivo, Mani Mazuz, y vista la gravedad de la situación, las funciones del primer ministro han sido transferidas de forma provisional al viceprimer ministro, Ehud Olmert.

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Tras este inesperado anuncio, que confirmaba la gravedad del infarto, el director del hospital, el doctor Shlomo Mor Yosef, ofrecía un diagnóstico muy pesimista: "El primer ministro ha tenido un infarto cerebral muy grave. Para examinar y hacer una evaluación exacta, ha sido anestesiado y está bajo respiración artificial". Al cabo de unos minutos, añadía: "Sufre una hemorragia cerebral, por lo que ha sido llevado a la sala de operaciones para ser intervenido". La cirugía es imprescindible en estos casos para frenar la hemorragia provocada por un nuevo coágulo que habría obstruido el riego en el cerebro de Sharon.

Sus dos hijos, Omri y Guilad, así como sus principales consejeros y ayudantes se concentraron en una de las plantas del prestigioso hospital rezando por Sharon. Tras una hora y media de intervención quirúrgica -los médicos tuvieron que perforar la masa craneal para introducirle un pequeño tubo con el que extraer la sangre almacenada-, uno de sus doctores, Shlomo Seguev, afirmó: "La operación está transcurriendo de forma normal. Yo espero que Sharon salga sano y bien de ésta". Sin embargo, una fuente citada anteriormente por la agencia Reuters decía que la situación podría llegar a ser incluso irreversible. A las dos y media de la madrugada de hoy la operación sumaba tres horas y todavía no había concluido.

La hospitalización de Sharon tiene muchas repercusiones políticas, que afectan tanto al futuro de Israel como el de todo Oriente Próximo. El país celebra elecciones el 28 de marzo y todos los sondeos situaban en cabeza a Sharon y su nuevo partido, Kadima, creado tras dejar el Likud.

El país se recogió anoche ante las pantallas de televisión, contuvo su respiración y rezó por la recuperación de Sharon. Lejos de la esperanza, una personalidad política importante, que prefirió mantener el anonimato, aseguró que "es muy difícil que Sharon vuelva a ejercer de primer ministro". Uno de sus consejeros confesaba resignado que "sólo un milagro puede hacer que regrese a la jefatura del Gobierno".

Todo empezó alrededor de las nueve de la noche, cuando Sharon empezó a sentirse mal, con fuertes dolores en el pecho. Se lo dijo a sus dos hijos, que le acompañaban en su residencia en el desierto del Néguev, la Granja de Sicomoros. Tras ser examinado por los doctores, se decidió ingresarle en el hospital para evitar males mayores, sobre todo teniendo en cuenta que esta mañana estaba previsto que fuera sometido a una cateterización, una intervención para sellar un pequeño orificio encontrado en el corazón. Inmediatamente, los medios de comunicación israelíes informaban del ingreso hospitalario.

Inicialmente, los portavoces oficiales lanzaron mensajes tranquilizadores, pero poco después admitieron su gravedad.La dramática situación de Sharon tuvo ya sus primeras repercusiones. Por primera vez en la historia de Israel, se traspasan los poderes de un primer ministro estando en vida. El viceprimer ministro y responsable de Economía, Ehud Olmert, máximo aliado político de Sharon, es el nuevo jefe de Gobierno. Olmert estuvo ayer en permanentes consultas con el presidente del Estado, Moshé Katsav, con sus compañeros del Ejecutivo así como con algunos líderes extranjeros y hoy dirigirá ya una reunión extraordinaria del Gobierno.

Todo el arco político israelí expresó el deseo de una pronta recuperación de Sharon.En cambio, algunos políticos de grupos minoritarios palestinos -Yihad Islámica y Frente Popular para la Liberación de Palestina- mostraron su alegría y consideraron el infarto "un regalo de Dios".

Policías y trabajadores rodean la ambulancia que transportaba a Sharon a su llegada al hospital.
Policías y trabajadores rodean la ambulancia que transportaba a Sharon a su llegada al hospital.EFE

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