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La mortalidad en las carreteras catalanas se ha reducido el 35% en cinco años

El año pasado fallecieron 400 personas en las vías interurbanas, 222 menos que en 2000

El año pasado fallecieron en las vías interurbanas de Cataluña un total de 400 personas y en 2000 murieron 622. Es decir, en cinco años se ha producido una disminución del 35,6%. "Somos moderadamente optimistas, pero 400 muertos, colocados uno tras otro, son una barbaridad", afirmó ayer la consejera de Interior, Montserrat Tura. Por ese motivo, anunció que este año se intensificarán los controles de la Generalitat y las campañas de concienciación, especialmente en los trayectos cortos realizados en la trama urbana.

"Continuad reduciendo los accidente. Gracias por hacerlo posible". Ésas son las frases que desde el día 1 reproducen los paneles de las autopistas y autovías catalanas. "Es una manera de dar las gracias a los ciudadanos, porque las cifras demuestran que ha calado el mensaje que venimos repitiendo hace años", explicó ayer la consejera. Pese a todo, Tura aclaró: "Ni nos sentimos satisfechos, ni nos relajaremos".

La cifra exacta de 400 víctimas mortales corresponde a los accidentes ocurridos en las vías interurbanas de Cataluña y en las 24 horas siguientes a que se produjera el accidente. Dentro de unas semanas se conocerán las cifras totales, cuando las policías municipales remitan la estadística de los accidentes ocurridos en las vías urbanas.

Tura adelantó ayer que es muy probable que el balance no sea entonces tan positivo, porque la siniestralidad y la mortalidad en el interior de las ciudades sigue aumentando. Por ese motivo, la próxima campaña de la Generalitat se centrará en transmitir el mensaje de que coger el vehículo para "ir a la esquina" también entraña un riesgo. "Hay gente que tiene la sensación de que no pasa nada si para recorrer unas manzanas no se pone el cinturón o el casco, o conduce más relajada, pero la verdad es que hay peatones que mueren arrollados en los pasos de cebra y conductores que fallecen en trayectos cortos por la ciudad", dijo la consejera.

Aplicando el mismo criterio de las 24 horas posteriores al accidente y considerando sólo la trama interurbana, este año se han producido 35 muertos menos que en 2004, cuando, a su vez, ya se produjo una reducción respecto a 2003, año en que hubo 513 fallecidos. Entonces hubo 40 fallecidos menos que en 2002. Es decir, 553. La tendencia se interrumpe en 2001, con 545 muertos. El año pasado, además, se produjeron menos accidentes mortales que en 2004 (346, frente a 373), aunque aumentaron los heridos graves (204, frente a 171).

La estadística oficial demuestra, además, que 161 de los 400 fallecidos se concentraron en los meses de julio a octubre, cuando se producen más desplazamientos. La inmensa mayoría de las muertes ocurren en las vías principales (313), una tendencia que se repite cada año. Pero en un aspecto hay variación respecto a 2004: disminuyen, y mucho, las muertes de ocupantes de los vehículos (70 frente a 118), pero aumentan ligeramente las de peatones (32 frente a 28), y los conductores muertos fueron 265 del total de 400 víctimas.

Sin casco ni cinturón

Resulta alarmante comprobar también que, según las cifras oficiales, el 21% de los fallecidos en accidente de moto no llevaban el casco protector y el 27% de las víctimas mortales de vehículos ligeros tampoco llevaban abrochado el cinturón de seguridad u otro tipo de sujeción. "Probablemente son personas que hoy podrían estar vivas si hubieran hecho lo que debían", aseguró ayer la consejera Tura.

El 78% de los fallecidos eran hombres, y el 22% restante, mujeres, unos porcentajes similares a la proporción de permisos de conducir si se compara por sexos. Más sorprendente es que el 30% de las víctimas mortales tengan entre 15 y 29 años, mientras que las que superan los 65 representen el 65%.Hay cosas sobre la mortalidad en las carreteras que no cambian. Una de ellas es que la velocidad inadecuada sigue siendo la principal causa de los accidentes. El año pasado provocó 92 muertes, frente a las 149 de 2004. El segundo motivo es la distracción del conductor, que provocó 85 fallecidos, y la infracción de alguna norma de circulación fue el origen de otras 70 muertes.

Por el contrario, las cifras oficiales indican que el año pasado murieron 86 personas en sábado, el día de la semana que, según la consejera Tura, hay menos vehículos circulando por la carretera. En 2004 las víctimas mortales en ese día fueron 64, y el día con más muertes fue el domingo.

Por lo demás, la consejera de Interior se mostró moderadamente optimista al recordar que el descenso de la mortalidad se ha producido a pesar de que no dejan de aumentar el parque automovilístico, los permisos de conducir y la movilidad en Cataluña, que representa el 20% del total de la de España.

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