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EXPOSICIÓN EN ESTADOS UNIDOS

Nueva York se abre a la arquitectura en España

Moneo, Siza, Hadid, Herzog, Koolhaas y Gehry, entre otros, expondrán sus proyectos en el MOMA

No será una exposición sobre arquitectura española porque no hay nada que pueda definirse como tal. "No hay un estilo español en arquitectura, no existe. Pero lo que sí hay en España actualmente es un porcentaje muy elevado de calidad en los proyectos, más que en ningún otro sitio del mundo, según mi percepción. En España se construye mucho, en China aún más. Sin embargo, mientras que en China apenas hay propuestas interesantes, en España existen muchas". Terence Riley desea dejar clara esta premisa desde el principio. No quiere que haya confusiones, entre otras cosas porque en la exposición con la que ha decidido despedirse del MOMA tras trece años a cargo del Departamento de Arquitectura y Diseño, el 70% de los arquitectos son españoles pero el 30% restante procede de todo el mundo. "No es una casualidad que Rem Koolhaas o Jean Nouvel estén trabajando en España. Los arquitectos célebres saben muy bien dónde dejar su huella", asegura Riley, quien ha incluido en su selección proyectos de siete premios Pritzker: Rafael Moneo, Álvaro Siza, Thom Mayne, Zaha Hadid, Jacques Herzog y Pierre de Meuron, Frank Gehry y el propio Koolhaas.

La construcción del Guggenheim en Bilbao en los años noventa "es un momento clave"
"La calidad es mayor que en ningún otro sitio del mundo", dice Terence Riley
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'Spain Builds'

La idea de cerrar su etapa en el MOMA con esta exposición surgió hace aproximadamente un año, mientras Riley viajaba por todo el planeta buscando auditorios, museos, aeropuertos o bibliotecas lo suficientemente significativos como para incluirlos en una muestra dedicada a la arquitectura pública del siglo XXI. "Por diferentes razones, la idea de esa exposición no me acababa de convencer y fue precisamente en España donde me asaltaron las mayores dudas. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que en ese país el porcentaje de 'buena arquitectura' era muy elevado, no sólo en el ámbito de lo público sino también en el privado. Tanto, que cambié mi planteamiento inicial y decidí dedicar en exclusiva una exposición a España", explica este arquitecto que también enseña en la Universidad de Harvard.

Construcciones que armonizan con su entorno, como La casa del huerto de Cerezos, proyectada por Juan Domingo Santos en Cajar (Granada); otras que estimulan la imaginación, como el hotel de la bodega Marqués de Riscal en La Rioja firmado por Frank Gehry; edificios que juegan con los equilibrios, como la nueva sede de Gas Natural en Barcelona, de Enric Miralles y Benedetta Tagliabue, o como el nuevo aeropuerto de Barajas, de Richard Rogers y Estudio Lamela; propuestas que invitan a soñar despierto, como el hotel Habitat en L'Hospitalet de Enric Ruiz-Geli... En un intento por mostrar esa diversidad que, según Riley, caracteriza a las construcciones de la España del siglo XXI, la exposición abarca toda la geografía española y todas las tipologías posibles de edificios: estadios, auditorios, museos, bibliotecas, viviendas, teatros... "No hay ningún concepto unificador entre los proyectos. Lo más importante es su diversidad. Quizá quede algo del lirismo que siempre ha caracterizado la arquitectura catalana y del pragmatismo y la sobriedad de Madrid, pero es muy sutil. Las divisiones territoriales ya no son tan evidentes como antaño y aunque hay diferencias, no es una cuestión de fórmulas", declara Riley.

El por qué de este renacimiento arquitectónico hay que buscarlo, según este comisario, en la historia reciente española . "La diversidad actual es, en parte, el resultado del tipo de Constitución aprobada por España tras la muerte de Franco. Al aceptar y garantizar los derechos de las diferentes comunidades y las diferentes lenguas, la arquitectura de alguna manera también ha empujado y abrazado la diversidad", sostiene Riley. Un punto de inflexión en ese sentido fue la construcción del Museo Guggenheim de Frank Gehry, en Bilbao, en los años noventa. "Es un momento clave porque con ese museo se legitima la individualidad de las pequeñas ciudades frente al Estado. Y a partir de entonces, otros pequeños centros urbanos sienten la necesidad de tener sus propios museos, reclaman sus propias construcciones", sostiene Riley. "Y esa forma de individualismo, que en la tradición artística española siempre había estado presente a través de la pintura de Velázquez o de la literatura de Cervantes, encuentra finalmente su forma de expresión arquitectónica en el siglo XXI".

A eso habría que añadirle la entrada de España en la Unión Europea en 1986, con el consiguiente flujo económico procedente de los fondos de cohesión, que han aportado casi 1.000 millones de euros a la construcción de infraestructuras para poner a España al ritmo de Europa. "Es inevitable hablar de Franco porque la dictadura retrasó la modernización de España", defiende Riley. Pero, ¿por qué en países como Portugal, con una cronología histórica similar, o Grecia, que también entró junto a ambos en la UE, no se ha producido la misma explosión de calidad en la arquitectura? "Es difícil saberlo. Los tres han tenido éxito pero a veces el éxito a secas no basta. Hay que tener mucho éxito. Ésa es la diferencia fundamental", sugiere. En ese sentido, Riley apunta que España quizás estuviera mejor preparada para recibir la ayuda europea que Portugal y Grecia debido a las medidas liberalizadoras impuestas por Franco en los años sesenta y eso favoreció el aprovechamiento de los fondos. "Es una teoría que he escuchado a menudo en mis viajes por España", dice.

No hay que olvidar que además la industria de la construcción, ayudada por el crecimiento económico, atraviesa por un momento dorado en España. "Si se mide con los parámetros estadounidenses, la construcción en España es más rentable que el turismo [el turismo no se considera un servicio en USA]. Pero yo creo que no hacen falta ni cifras. Basta con pasearse por Madrid o por cualquier ciudad española: ¡lo primero que uno ve son grúas!", exclama.

Según Riley, hay otros dos factores importantes: la combinación entre la sólida preparación técnica de los arquitectos españoles y su curiosidad intelectual. "Incluso antes de la explosión creativa, la preparación de los arquitectos españoles ya era buena. En España la arquitectura se enseña en las universidades politécnicas, no en las de artes como en otros países. Y sin embargo, quienes salen de ellas no son simplemente tecnócratas sino profesionales con un fuerte interés por pensar y hablar de arquitectura", afirma sin esconder su admiración. "Lo demuestra el buen estado de las publicaciones sobre arquitectura. Revistas como El croquis o Arquitectura Viva tienen un porcentaje de lectores muy superior al que pueda tener cualquier publicación sobre arquitectura en Estados Unidos. Y la producción de libros también es mucho más alta en España", afirma. La labor de control de calidad y difusión realizada por los colegios de arquitectos es otra característica única de España que, unida a las anteriores, ha creado las circunstancias perfectas para el florecimiento actual, apunta Riley.

Elección

Este arquitecto, que casi todos los años desde hace tres décadas visita la península por motivos personales o de trabajo -formó parte del jurado para la ampliación del Reina Sofía- visitó 40 ciudades, 60 firmas de arquitectura y más de 100 edificios y obras para organizar la exposición. "Toda la responsabilidad respecto a la elección de los proyectos es mía aunque, obviamente, me ayudó mucho el conocer el país y a gente a quien preguntar sobre nuevos proyectos. Arranqué con 600 dossieres y poco a poco fui escogiendo", explica.

Riley en ningún momento se planteó hacer una muestra con 'los mejores arquitectos' españoles. "Si hubiera sido así me habría limitado a cinco o seis y por supuesto hubieran estado Santiago Calatrava y Cruz y Ortiz. Pero ellos, que han construido mucho en España, ahora trabajan principalmente en otros países, y uno de mis objetivos era subrayar la llegada de nuevos arquitectos, quería presentar una visión muy amplia, pero centrándome en la arquitectura de hoy", apunta.

Calatrava, que actualmente tiene su propia retrospectiva en el Metropolitan de Nueva York, sí está presente en el ensayo introductorio del catálogo, donde Riley explica cómo diversos proyectos suyos y de otros arquitectos han contribuido a que ahora se produzca esta explosión creativa. Junto al catálogo también se editará el libro Spain builds, en el que Luis Fernández-Galiano repasa a fondo los últimos 30 años de arquitectura en España.

Maqueta del hotel de la bodega Marqués de Riscal en Elciego (La Rioja).
Maqueta del hotel de la bodega Marqués de Riscal en Elciego (La Rioja).
Imagen de ordenador de un parque en Torrevieja de Toyo Ito& Associates
Imagen de ordenador de un parque en Torrevieja de Toyo Ito& Associates
Sede de Gas Natural en Barcelona, de Enric Miralles y Benedetta Tagliabue.
Sede de Gas Natural en Barcelona, de Enric Miralles y Benedetta Tagliabue.
Casa <i>Horitzó</i> en La Vall de Bianya, Girona, de Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta.
Casa Horitzó en La Vall de Bianya, Girona, de Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta.

La 'memoria ecológica'

La arquitectura es, entre otras cosas, resultado de la constante competición de ideas que se desarrolla dentro de la profesión. Y muchas de esas ideas son, en cierto modo, la respuesta a las preocupaciones o necesidades de la vida urbana. En pleno siglo XXI, el respeto por el medio ambiente, la falta de espacio o el encarecimiento de la energía son temas que cada vez adquieren más relevancia dentro del entramado social y económico y la arquitectura no puede ignorarlos.

En la muestra On-site: new arquitecture in Spain hay diversos proyectos que permiten entender cómo se están enfrentando a esos nuevos retos los arquitectos del siglo XXI. Las Torres Bioclimáticas de Vitoria, proyectadas por el estudio Abalos & Herreros, son uno de los mejores ejemplos de la muestra en cuanto a 'arquitectura ecológica'. Se trata de una construcción con un índice de eficiencia energética muy superior a la media que, gracias a diversos componentes bioclimáticos, permite acumular la energía solar de día y redistribuirla por la noche.

En ese sentido, también hay proyectos que rozan lo poético al jugar con 'la memoria ecológica', como el hotel Habitat de Enric Ruiz-Geli en L'Hospitalet de Llobregat. Su superficie está cubierta por una red de sensores fotosensibles que proyectan cada noche la luz acumulada durante el día, cambiando de color en función de las nubes, la lluvia o el sol. Un ejemplo curioso de edificio ecológico es la Casa Levene, en El Escorial, del arquitecto Eduardo Arroyo (estudio NO.MAD Arquitectos), donde la casa se ha supeditado a la existencia de los árboles que había sobre el terreno y se ha diseñado evitando que ninguno de ellos tenga que ser talado.

Entre los más innovadores y prácticos está la llamada Sharing Tower, de Vicente Guallart, en Valencia. El edificio está concebido pensando en la falta de espacio que normalmente sufren las generaciones más jóvenes. Funciona como un pequeño ecosistema de discos superpuestos que permiten a sus habitantes compartir lavadoras, cocinas o comedores garantizando la privacidad en dormitorios o cuartos de baño y maximizando así la utilización del espacio.

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