Del amor y el desamor

Viene precedida de las loas que ha cosechado en su país natal, donde tres millones de espectadores se agolparon en las taquillas para verla. Tiene como máxima promesa de interés, más aún que la presencia de actores muy conocidos en Italia (y mucho menos aquí), como el gesticulante cómico Carlo Verdone, Sergio Rubini o la otrora bellísima Margherita Buy, la firma de uno de los grandes guionistas históricos aún en activo, Vincenzo Cerami, como autor del argumento. Y, sin embargo, Manuale d' amore sólo tiene, una vez vista, un único punto de interés: su estructura en capítulos, que mezclan un tanto arbitraria, aunque efectivamente, la vida de cuatro parejas que, de una u otra manera, coincidirán en algún momento de la trama.

Dividido en una historia de enamoramiento (la primera, y de lejos la más fresca, la mejor), otra de crisis, otra de traición y una última de desamor, el metraje del filme muestra una galería de personajes considerables, inusualmente insustanciales, metidos en situaciones que, a veces, bordean el sonrojo: valga como un ejemplo, que podrían ser muchos más, la estancia en una cornisa del afamado pediatra (justamente, Verdone) que acaba de intentar en vano fornicar con su secretaria.

Demasiado previsible, cuanto no sencillamente intrascendente, se aguanta provisionalmente de pie gracias a chistes que ya eran viejos cuando se inventó el cine. Y si realmente es esto lo que el público italiano consume por una buena comedia es que las cosas están, cinematográficamente, mucho peor en Italia de lo que a uno lo tienen acostumbrado los filmes seleccionados por los festivales de cine.