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Reportaje:

El gasoducto más ambicioso

El 'megaproyecto' de Gazprom consolida el papel de Rusia en el mercado europeo de gas

El gasoducto noreuropeo, cuya construcción comenzó la semana pasada en la provincia de Vólogda, es el proyecto más ambicioso de Gazprom, el monopolio estatal ruso. Las razones estratégicas por las cuales Rusia ha decidido emprender esta gran obra son claras: obtener un salida directa al mercado de Europa occidental, evitando los tradicionales países de tránsito.

El monopolio ruso destinará en 2006 unos 700 millones de euros a la construcción del gasoducto y unos 1.740 en los dos años siguientes
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El megaproyecto de Gazprom es el mayor gasoducto que existirá en Europa y gran parte de él -1.200 kilómetros- irán bajo las aguas del mar Báltico. Naturalmente, es la idea más costosa de las emprendidas por la compañía estatal rusa. Solamente la parte submarina costará más de 4.000 millones de euros y para construirla y operarla el monopolio ruso ha creado una empresa mixta en la que tendrá el 51% de las acciones.

La empresa se llama oficialmente North European Gas Pipeline Company (NEGPC), que fue registrada a principios de este mes en Zug (Suiza), por motivos tributarios, es decir, con el fin de minimizar impuestos. Los socios de Gazprom en la NEGPC son las compañías alemanas E.ON y Wintershall, filial de Basf, con el 24,5% cada una. Pero el proyecto está abierto a un cuarto socio, y se están llevando a cabo negociaciones con una serie de firmas interesadas en formar parte de la NEGPC. El nuevo socio recibirá el 9% de las acciones de las que en estos momentos pertenecen a E.ON y Wintershall, es decir, que Gazprom mantendrá el paquete de control en la compañía operadora del gasoducto submarino mientras que las empresas alemanas se quedarán con un 20% cada una. La empresa con mayores posibilidades de obtener ese 9% en estos momentos es la holandesa Gasunie, según Wulf Bernotat, presidente de E.ON.

Las claves de Gazprom

Gasunie ocupa un lugar clave en el mercado de gas europeo y es muy importante para las ambiciones de Gazpron de reforzar su posición en el mercado británico. Este año el monopolio ruso venderá de acuerdo a contratos de contado (spot) -mientras que la inmensa mayoría del gas que exporta Gazprom lo hace en base a contratos a largo plazo- más de 4.000 millones de metros cúbicos de gas a Reino Unido, Bélgica y Holanda, y el próximo año más de 5.000 millones. Para 2010, las ventas de Gazprom a Gran Bretaña pueden llegar a 10.000 millones de metros cúbicos, según Alexandr Medvédev, vicepresidente del monopolio ruso.

Entre otras empresas interesadas en participar en la NEGPC figuran Gaz de France, British Petroleum, la también británica Transco, y una noruega. El cuarto socio deberá estar determinado para abril próximo.

El tramo por territorio ruso tendrá 917 kilómetros, que van desde Babáyevo, en la provincia de Vólogda, hasta la bahía Portóvaya, al lado de Viborg, puerto no lejos de San Petersburgo, y será construido y financiado íntegramente por Gazprom. El monopolio ruso destinará en 2006 unos 700 millones de euros a la construcción del gasoducto y unos 1.740 en los dos años siguientes. En Portóvaya el gasoducto se sumergirá, para emerger cerca de Greifswald, en Alemania oriental. Habrá dos líneas paralelas, la primera de las cuales Gazprom piensa poner en funcionamiento para junio del 2010; la segunda deberá estar terminada dos años más tarde, con un capacidad total de 55.000 millones de metros cúbicos anuales. Más adelante, el gasoducto se extenderá por cerca de otros 800 kilómetros, pasando por Holanda, para llegar a Bacton en Inglaterra. Es decir, que en total, tendrá casi 3.000 kilómetros. Además, posiblemente se construirán desviaciones para llevar gas a Suecia y al enclave ruso de Kaliningrado.

Este megaproyecto -de gran importancia estratégica para Gazprom, que pretende reforzar la dependencia de Europa del gas ruso- no está exento de problemas y dificultades. La primera incógnita es con qué gas se va llenar el gasoducto. La fuente básica para el gosoducto noreuropeo será el yacimiento Yuzhno-Rússkoye (Ruso Meridional), que a pesar de su nombre queda cerca del Círculo Polar Ártico, en la región de Krasnoselkup, en la Comarca Autónoma de los Nenets de Yamal. Pero el problema es que este yacimiento todavía no se comienza a explotar. Según las exploraciones geológicas hechas, teóricamente tiene más de tres billones de metros cúbicos de gas, de los cuales están probados más de 700.000 millones. Para explotar Yuzho-Rússkoye se necesitan inversiones por más de mil millones de euros, y cuando esté funcionando a su capacidad proyectada se extraerán 25.000 millones de metros cúbicos al año, es decir, que todo ese gas será absorbido por la primera línea del gasoducto. Incluso si estos planes se cumplen, lo que todavía queda por comprobar, ¿cómo llenar la segunda línea? Gazprom responde que en una perspectiva más lejana, como fuente suplementaria para el proyecto se utilizarán los yacimientos de la península de Yamal, los del triángulo formado por las bahías adonde desembocan los ríos Obi y Taz, y el de Stockman. Pero si, según los planes, Yuzhno-Rússkoye comenzará a dar gas a fines de 2007, Stockman aún no tiene fecha de comienzo de explotación y actualmente ni siquiera se ha formado el consorcio para financiar las inversiones que se necesitan (10 veces mayores que las de Yuzhno-Rússkoye).

Expectativas de consumo

Otro posible problema es la demanda, es decir, que no se repita lo ocurrido con el gasoducto Corriente Azul -que pasa bajo las aguas del mar Negro- a Turquía, donde, como ahora se ha visto, no tiene suficientes consumidores. El consumo anual de gas en Europa hoy se calcula en unos 530.000 millones de metros cúbicos, de los cuales cerca del 25% proviene de Rusia.

A pesar de competencia que en el futuro harán países como Irán, las repúblicas del Asia Central y diversas naciones árabes, los rusos son optimistas y consideran que la producción de gas por parte de Europa irá en disminución mientras que sus necesidades continuarán aumentando. Los analistas calculan que para el 2010 el consumo puede superar en 100.000 millones de metros cúbicos los acuerdos actualmente vigentes.

El ex canciller Schröder y el presidente Putin, junto a altos ejecutivos de las petroleras asociadas.
El ex canciller Schröder y el presidente Putin, junto a altos ejecutivos de las petroleras asociadas.AP

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