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Reportaje:

A kilómetro por año

Ante la resistencia de los ecologistas, el Consell se queda sin dinero para completar la carretera Cabanes-Oropesa

María Fabra

La carretera Cabanes-Oropesa fue polémica desde el principio. Su objetivo oficial de unir el interior con la costa fue puesto en entredicho tanto por ecologistas como por la mayoría de los partidos de la oposición, que vieron en su diseño un intento de beneficiar al mayor complejo turístico de la provincia de Castellón, Marina d'Or. Ahora, el sobrecoste de este proyecto, que ha sufrido varias paralizaciones por mandato judicial, ha obligado al Consell a "reorientar" la obra y, de momento, habrá de sacar a concurso la parte del vial que aún no está construida, ya que el procedimiento administrativo impide seguir ampliando, bajo el amparo del epígrafe "modificado", el gasto de ejecución de las obras. Al sobrecoste se une el hecho de que el Gobierno ha retirado la previsión de invertir cinco millones de euros, destinados a este proyecto. Además, la empresa a la que se adjudicó el proyecto ha tenido que hacer frente al coste de los procedimientos judiciales que inició contra los ecologistas que paralizaron, en varias ocasiones, las obras, ya que las denuncias han sido desestimadas.

Los que se oponen a las obras defienden la fauna cavernícola del paraje afectado

Los ecologistas confían en que este cambio sea "aprovechado" por la Generalitat para modificar el trazado y respetar así los valores ambientales que, tanto sus informes como los redactados por el perito judicial, consideran "amenazados" en el caso de que se ejecute el vial. Sin embargo, fuentes de la Consejería de Infraestructuras señalaron que la modificación aprobada el pasado viernes por el pleno del Consell se limita a un trámite administrativo y que la carretera se construirá con el trazado previsto. En cualquier caso, el procedimiento que ha de seguir ahora la Generalitat sí retrasará la ejecución de la carretera por un tiempo indeterminado.

Desde que se presentó el proyecto, auspiciado por el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, han pasado cerca de siete años, cifra que coincide con el número de kilómetros que se han ejecutado de aquel proyecto que suponía la construcción de un vial de trece kilómetros. En ellos lleva gastados el Consell alrededor de 27 millones de euros (4.500 millones de pesetas), una cifra muy superior a la inicialmente presupuestada.

La entonces Consejería de Obras Públicas decidió hacer suyo el proyecto impulsado por Fabra y diseñó una carretera que invadía el paraje natural del Desert de Les Palmes. El trazado hubo de ser modificado y la Generalitat retomó las obras hasta que fueron nuevamente paralizadas ante la posible comisión de un delito ecológico por el peligro que suponían las obras para la fauna cavernícola del paraje por el que discurrirá el vial. Finalmente, la justicia desestimó la demanda de los ecologistas, en un auto cuyo recurso está pendiente de resolución. Ahora, el Grupo para el Estudio y Conservación de los Espacios Naturales (Gecen), principal impulsor de la protección del paraje, tiene un nuevo argumento: la inclusión de la fauna de la zona en el catálogo de especies endémicas. El Gobierno ha iniciado los trámites de catalogación.

Gecen mantendrá, en el nuevo procedimiento, su lucha para preservar el paraje y su biodiversidad, con lo que solicitará la ampliación del parque natural para que englobe el conjunto de cavidades (unas 70) de la zona, que la administración valenciana catalogue las especies reconocidas por la ONU y que se proteja, de manera íntegra, el sistema hidrogeológico de L'Ullal de Miravet, incluyendo los sumideros (captaciones de agua) del Pla de Cabanes, donde comienza el sistema hidrogeológico.

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