Iglesia

¡Qué desvergüenza! Los obispos piden más dinero al Estado Español. La Iglesia no se conforma con el estatus económico actual, exige más financiación, eso sí, no dedican su tiempo a cuidar el alma de sus feligreses, se entrometen en política y en educación, alientan, apoyan y encabezan manifestaciones contra el Gobierno, provocan desde los púlpitos o a través de los medios de comunicación, usan su cadena de radio, la COPE, como ariete contra el Gobierno, tratan de imponer en las aulas la clase de religión católica, para ellos, la única y verdadera, en definitiva, estamos oyendo el ruido de sotanas constantemente. Este ciudadano, recomienda leer el artículo de Felipe Benítez Reyes (EL PAÍS, 25 de noviembre), no tiene desperdicio, así como el dibujo de esa misma página de El Roto, magistral también.

También aconsejo lean el artículo de Soledad Gallego-Díaz titulado: Traigan a Mr. Bean a la escuela, este cómico inglés cuyo nombre real es Rowan Atkinson, da una verdadera lección de lucidez intelectual, de gran capacidad de razonamiento, de valentía y originalidad en su exposición sobre el tema de la religión en su comparecencia ante la Cámara de los Lores de Inglaterra, que por cierto, le ganó el pulso al Gobierno de Tony Blair al ser rechazada la Ley que proponía su Gobierno.

Reconforta saber que uno no está sólo en su crítica a la jerarquía eclesiástica, o a que se nos trate de imponer el hecho religioso, la fe, se trivializan cuando se pasa el platillo y chocan frontalmente con la legalidad vigente en un Estado aconfesional y también laico (por mucho que la Conferencia Episcopal trate de confundirnos) cuando exigen que se les pague por un trabajo no realizado, ni pedido por muchos millones de españoles.

Una Iglesia que tiene los seminarios medio vacíos por la clara pérdida de la vocación sacerdotal, que sus iglesias están siendo reformadas en todo el territorio español con cargo al erario público, que llevó bajo palio al Generalísimo y dejó de cuidar al pueblo, va y se pone gallita exigiendo privilegios económicos. Pues va a ser que no, menos lujo y boato, menos dedicar su tiempo a lo terrenal y más a su verdadero "negocio" del alma, que cómo es lógico, nunca deberá estar remunerado.