Almunia afirma que la UE no cuestiona el Concierto, sino su aplicación puntual

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, aseguró ayer en San Sebastián que la existencia del Concierto Económico vasco "no plantea problemas a la Unión Europea", sino que los problemas que han existido con las instituciones comunitarias han derivado de su aplicación, sobre todo en materia de incentivos fiscales a las empresas en el impuesto de sociedades. El comisario participó en las jornadas conmemorativas del 25º aniversario del Concierto organizadas por la Diputación de Guipúzcoa. Antes de su intervención, el lehendakari Ibarretxe reiteró la demanda de las instituciones vascas de lograr una relación directa con la UE en materia tributaria.

Almunia manifestó que la UE "respeta" el Concierto como parte del bloque de constitucionalidad de un Estado miembro, aunque a veces no se entienda que suponga un sistema fiscal diferenciado, y añadió que esta particularidad vasca obliga a las instituciones de Euskadi a un mayor esfuerzo de explicación en Bruselas. Respeto a los problemas que han encontrado algunas normas fiscales vascas en la Comisión Europea y el Tribunal de Luxemburgo, Almunia dijo que son menores que las que tienen países como Alemania o Dinamarca.

Por ello, pese a "algunos problemas en su aplicación", el comisario subrayó la importancia que ha tenido el Concierto para el País Vasco. Y ante la petición de de Ibarretxe de un trato directo en cuestiones fiscales entre Euskadi y la UE, señaló que ésta es una cuestión interna de España, ya que la UE jamás ha cuestionado la composición de las delegaciones que acuden a la reuniones de los consejos de ministros, que es competencia de cada Estado. Coincidió Almunia con el lehendakari en que el Concierto se debe preparar para los desafíos de la UE, y precisó que uno de los mayores es la armonización fiscal, que si ya era difícil en una UE de 15 lo será mucho mas en una de 25.

En las jornadas participó, a través de un video, el vicepresidente económico del Gobierno central, Pedro Solbes, quien destacó la importancia de los elementos de conexión que establece el Concierto entre el régimen fiscal del territorio común y el foral. Asimismo apostó por una mayor armonización y valoró positivamente los mecanismo de coordinación que se impulsaron en 2002, cuando se pactó que el Concierto tuviera carácter indefinido.

En un tono mucho más reivindicativo y de queja, Ibarretxe reclamó que el "único valedor y velador" del Concierto sean las instituciones vascas, tanto ante las instituciones españolas como las de la UE. El lehendakari afirmó que "esto no es política-ficción" y que está "a la vuelta de la esquina" merced a una futura revisión estatutaria como la que impulsó la pasada legislatura, en el que se propugnará "un sistema financiero y tributario propio, garantizado y reconocido en Europa".

Ibarretxe vinculó el Concierto a los derechos históricos, que volvió a definir como "la Constitución del pueblo vasco". Además de lograr su consolidación institucional en España y Europa, así como la seguridad jurídica de las normas de carácter tributario, el lehendakari ligó la pervivencia del Concierto al "nuevo marco de relación con el Estado español que el pueblo vasco pueda decidir en su futuro".