Buteflika lleva 17 días ingresado en París
La falta de información oficial desata los rumores sobre la salud del presidente argelino
Los comentarios de dos ministros franceses contribuyeron, el domingo y ayer, a ahondar un poco más el misterio que rodea la salud del presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, de 68 años, ingresado en el hospital militar de Val-de-Grâce, en París, desde hace 17 días. Operado de una úlcera hemorrágica, no recibe visitas, ni se han difundido imágenes de su convalecencia, ni se ha anunciado una probable fecha de salida del centro hospitalario.
"París, capital de los secretos médicos de Estado", escribió, el sábado, el diario Le Figaro. Recordaba que, además del de Buteflika, el ingreso de otro dignatario árabe en el hospital militar de Percy, el palestino Yasir Arafat, estuvo rodeado en 2004 de confidencialidad.
"No puedo decirle lo que padece el señor Buteflika", contestó el jefe de la diplomacia francesa, Philippe Douste-Blazy, a una pregunta ante las cámaras de la cadena LCI. "El secreto médico me impide decirle cómo evoluciona el presidente". Su colega de Defensa, Michèle Alliot-Marie, no fue más explícita ayer durante una visita a Argel. La salud de Buteflika "no es competencia mía", afirmó.
Tras nueve días de hospitalización la presidencia de la República argelina publicó un parte médico, firmado por el doctor argelino Messaud Zituni, en el que reveló que tras pasar por el hospital militar de Ain-Naadja, en Argel, Buteflika fue trasladado a París donde se le operó de una úlcera hemorrágica. La intervención se efectuó en "excelentes condiciones" y la "fase posoperatoria se desarrolla de manera completamente satisfactoria". Inmediatamente después, el primer ministro argelino, Ahmed Uyahia, confirmó que el regreso del presidente a Argel era "cuestión de días".
Pese a estas informaciones apaciguadoras el diario francés Libération aseguró, al día siguiente, que el estado de salud de Buteflika era "muy preocupante". La cadena de televisión árabe Al Yazira sostiene, por su parte, que padece una poliquistosis renal, una incurable enfermedad genética que convierte al riñón en un amasijo de quistes y acaba provocando la muerte. Una última especulación apunta a que la úlcera hemorrágica se debe a un cáncer del aparato digestivo.
La salud de Buteflika es el principal tema de conversación de la población de Argel cuya prensa se ha quejado del prolongado silencio de las autoridades.
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