_
_
_
_
_

Bush utilizó la falsa confesión de un preso para vincular a Sadam con Al Qaeda

El sospechoso dijo que había inventado sus declaraciones para conseguir un mejor trato

El libio Ibn al-Shaykh al-Libi, un supuesto dirigente de Al Qaeda detenido en Pakistán a finales de 2001, confesó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que había relaciones entre su grupo e Irak. En enero de 2002 fue entregado a Egipto, y allí, después de ser interrogado, dio más detalles de esas relaciones que luego negó, según fuentes anónimas de la Administración citadas por The New York Times. Los supuestos vínculos entre el grupo terrorista y el régimen de Sadam Husein fueron uno de los argumentos básicos de la Casa Blanca para justificar la invasión de Irak.

Más información
Valerie Plame dice adiós a la CIA
El espionaje alemán puso a la CIA sobre la pista del ciudadano de origen libanés que fue secuestrado

En los meses previos a la guerra, varios miembros del Gobierno estadounidense, entre ellos el presidente, George W. Bush, el vicepresidente, Dick Cheney, y el entonces secretario de Estado, Colin Powell, dijeron que había información "creíble" que demostraba que Irak había entrenado a militantes de Al Qaeda en el empleo de explosivos y armas de destrucción masiva:

"Hemos sabido", dijo Bush en octubre de 2002, "que Irak ha entrenado a miembros de Al Qaeda en la fabricación de bombas y de gases y venenos". Durante los dos últimos años, diversas filtraciones han alimentado una durísima batalla entre la Casa Blanca, que culpa a la agencia de los errores sobre los arsenales de armas de Sadam Husein, y actuales o antiguos responsables de la CIA, que tratan de responsabilizar al Gobierno.

Las fuentes del diario -algunas en activo, otras no, dice el Times- señalan que después de que el libio Ibn al-Shaykh al-Libi fuera detenido en Pakistán a finales de 2001, en el curso de la guerra de Afganistán, estuvo en manos del Ejército. En sus primeros interrogatorios habló, según un documento de la Agencia de Inteligencia de Defensa, "sobre los lazos entre Irak y Al Qaeda relacionados con armas ilegales". La CIA también le interrogó. A falta de "una autorización detallada para retenerle por parte de la Casa Blanca" -señalan las fuentes- el detenido fue entregado a Egipto para seguir allí los interrogatorios, a pesar de que era en aquel momento el dirigente de Al Qaeda de mayor rango entre los prisioneros.

En Egipto, Ibn al-Shaykh al-Libi dio los detalles específicos sobre el supuesto vínculo Irak-Al Qaeda. Precisamente por proceder de interrogatorios en los que no había estadounidenses presentes, la Agencia de Inteligencia de Defensa expresó, en un informe clasificado de febrero de 2002, su "escepticismo sobre la credibilidad de las declaraciones y la posibilidad de que se debieran al trato recibido". En el centro de la polémica del viaje de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, por Europa está la práctica de las "entregas" de presos a terceros países y la validez de confesiones obtenidas bajo métodos asimilables a la tortura.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

En todo caso, lo que Libi -que se encuentra en paradero desconocido, pero bajo custodia nuevamente de EE UU desde febrero de 2003, y que estuvo en Guantánamo- declaró en enero de 2004 es que inventó sus declaraciones "para conseguir un mejor trato", según el diario.

A raíz de esa renuncia, la CIA retiró en marzo de 2004 los datos que tenía de Libi. Aunque de eso hace más de un año y medio, no se ha sabido nada hasta que el senador demócrata Carl Levin no dio a conocer hace un mes partes del informe clasificado de 2002 en el que ya se sospechaba de la veracidad de Libi. Una fuente oficial, también anónima, afirmó al Times que "parte de la información suministrada por Libi sobre Al Qaeda era correcta" y que sus quejas de que había recibido malos tratos en Egipto "no habían sido corroboradas".

Por otra parte, el Pentágono investiga si una empresa británica contratada por EE UU para desempeñar tareas de seguridad privada, Aegis Risks Managements, es responsable de las escenas que aparecen en varios vídeos; en uno de ellos, un grupo de civiles dispara contra los ocupantes de un vehículo que, como consecuencia del ametrallamiento, se estrella contra otro. En otro, un automóvil distinto recibe también disparos.

Las imágenes, aparentemente rodadas en carreteras iraquíes, han circulado en la red y han sido recogidas por televisiones árabes. En ellas no se puede identificar ni caras ni sonidos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_