Escribir es llorar

Si el tiempo de rodaje es lo que más encarece una película, para el trabajo de un guionista, en cambio, el tiempo no tiene valor alguno. Lo decía Pedro Beltrán, al que se debe entre otros el magnífico trabajo literario de El extraño viaje, de Fernán-Gómez: "A un guionista le basta un bolígrafo y unos folios, que son baratos, y se le paga lo mismo si emplea sólo un mes en escribir una película que si invierte en ella dos años de su vida".

Los guionistas españoles se han puesto en pie de guerra, con su presidente Agustín Díaz-Yanes al frente. Al parecer, hay censados más de 2.000, cifra que seguramente excede las necesidades del audiovisual de nuestro país. El director Jorge Grau comentaba en este sentido que cada año salen de las escuelas de cine demasiados licenciados... que nunca encontrarán trabajo. También guionistas, entre los que, además, hay un 40% de formación autodidacta. Es decir, no se es guionista profesional hasta que los productores lo consideren así. Aun así, cuando eso ocurre los guionistas se consideran explotados, mal pagados, infravalorados... aspectos en los que no se diferencian de cualquier otra profesión. ¿Qué encuesta gremial arrojaría una opinión distinta en nuestro país?

La polémica está servida. Basta hablar con un productor de los de ahora para oírle quejarse de lo mucho que a su juicio se paga por un guión. Los guionistas, por su parte, aseguran que el 29% de ellos cobran una media inferior a 6.000 euros anuales por su trabajo, y que el 46% cobra menos de 12.000 euros al año. Y un 68% asegura que sus guiones van de mano en mano sin que se lleguen a realizar nunca... aunque sí les roben las ideas. No es vida. Rafael Azcona, el grande, comenta que "los guionistas son como las putas: ayudan a materializar los sueños de quienes les pagan", y, como ellas, suelen conformarse con lo que les den. Fernando León, que precisamente ha hablado de la prostitución en Princesas, comentaba el día en que presentó a la prensa la edición de su guión que "cuando al cabo del tiempo de haberla visto se cuenta una película, lo que realmente suele quedar en la memoria es su historia y que, por tanto, ésta es la base de cualquier filme".

Los guionistas quieren más tiempo para hacer diversas versiones de su trabajo, tener su parte en los beneficios, especialmente con los modernos sistemas de comercialización de una película, y ser reconocidos como autores que son. Aquí dicen estar a la cola de los países con tradición cinematográfica y audiovisual en lo que se refiere al pago de guiones. Probablemente tengan razón y sea éste uno de los problemas básicos del cine español, que suele adolecer de guiones precipitados. ¿Quién le pone el cascabel?